La Autoridad Nacional Palestina (ANP) convocó hoy a organismos internacionales a colaborar en la investigación sobre la muerte esta semana de la periodista Shireen Abu Akleh cuando cubría una incursión israelí en los territorios ocupados de Cisjordania, mientras que la Policía de Israel anunció una pesquisa interna sobre la represión durante el funeral tras las críticas de varios países.
"Damos la bienvenida a la participación de todos los organismos internacionales en la investigación a través de la comunicación con la Fiscalía palestina especializada", anunció el ministro de Asuntos Civiles, Hussein al Sheikh, en su cuenta de Twitter.
La ANP se niega rotundamente a colaborar con Israel en la investigación por desconfianza y declaró que quiere remitir el caso a la Corte Penal Internacional (CPI).
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La periodista de 51 años. muy reconocida por su trabajo en la cadena de televisión Al Jazeera, recibió un disparo en la cabeza cuando cubría una operación pese a que portaba chaleco antibalas con el rótulo "Prensa" y un casco.
Israel admite la posibilidad de que la comunicadora falleciera por un disparo efectuado por sus propios militares pero mantiene que es imposible sacar conclusiones dado que no puede examinar la bala, en poder de los servicios forenses palestinos.
Para la fiscalía palestina, en cambio, "los resultados iniciales de la investigación mostraron que el único origen de los disparos contra Shireen fueron las fuerzas de ocupación israelíes".
"Lo ocurrido en el funeral (...) refuerza nuestra posición de rechazo a la participación de Israel en la investigación", expresó Al Sheikh.
Durante el funeral, las fuerzas de Israel reprimieron a una multitud que acompañaba el féretro, que casi cae al suelo tras una carga de las fuerzas de seguridad contra los asistentes que lo llevaban en hombros.
"Las imágenes de la intervención Policial israelí en el cortejo fúnebre nos perturbaron profundamente", reaccionó el secretario de Estado estadounidense Antony Blinken.
La Unión Europea (UE) condenó "el uso desproporcionado de la fuerza y el comportamiento irrespetuoso de la Policía israelí hacia los participantes en el cortejo fúnebre".
La representación francesa en Jerusalén dijo que la "violencia policial" era "profundamente chocante" y el secretario general de la ONU, António Guterres, se mostró "profundamente perturbado".
"Las fuerzas de ocupación no sólo mataron a Shireen (...) sino que también aterrorizaron a quienes la acompañaron a su última morada", denunció Qatar.
Tras las críticas internacionales, la Policía israelí anunció hoy que va a investigar la actuación de sus agentes durante el entierro.
Ayer, la fuerza difundió imágenes en las que se ve a un policía israelí con un megáfono advirtiendo a la multitud reunida en el interior del hospital San José que si no paraban los cánticos nacionalistas, serían "dispersados usando la fuerza" e "impedirían" que se celebre el funeral.
Según la Media Luna palestina, 33 personas resultaron heridas durante las exequias y la policía israelí informó que había detenido a seis personas.
Tras la intervención policial, la multitud siguió al féretro hasta una iglesia de la Ciudad Vieja, donde se le dedicó una misa antes de su traslado al cementerio.
En una postura inusualmente unánime, el Consejo de Seguridad de la ONU "condenó enérgicamente el asesinato" de la periodista y reclamó "una investigación inmediata, exhaustiva, transparente e imparcial" para "garantizar la rendición de cuentas".
El funeral tuvo lugar en un contexto de violencia continua tras semanas de incursiones del ejército israelí en el campo de refugiados de Jenin, bastión de las facciones armadas palestinas en el norte de Cisjordania, de donde proceden los autores de recientes atentados mortales en Israel.
Hoy, fuentes médicas y familiares anunciaron que un palestino que había resultado herido el 22 de abril en enfrentamientos con la policía israelí en la Explanada de las Mezquitas, murió tras varias semanas internado en un hospital israelí.
Según la agencia de prensa palestina Wafa, se trata de Walid Al-Sharif, de 23 años, natural del vecindario de Beit Hanina, en Jerusalén este, parte palestina de la ciudad, que fue ocupada en 1967 y posteriormente anexionada por Israel.
Más de 300 personas resultaron heridas desde mediados de abril por la represión israelí en la zona sagrada de la explanada de las mezquitas, la inmensa mayoría de ellos palestinos.
Con información de Télam