La Unión Europea (UE) anunció hoy nuevas exigencias a los visados de viajeros rusos que quieran ingresar al espacio europeo, al encarecer el trámite y demorar el tiempo de entrega, en una medida que deberá ser votada por los Estados miembros en los próximos días.
"Los rusos no deberían tener fácil acceso a la UE, y viajar a la UE como turista no es un derecho humano", dijo la comisaria europea de Asuntos Interiores, Ylva Johansson.
El anuncio llega una semana después de que los ministros de Relaciones Exteriores del bloque acordaran suspender un acuerdo de facilitación de visas firmado entre la UE y Rusia en 2007, algo que finalmente no formalizaron.
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De aprobarse las nuevas reglas, los rusos que soliciten visas para ingresar a la zona Schengen (22 estados miembros de la UE más Noruega, Islandia, Suiza y Liechtenstein) ahora pagarán una tarifa de 85 euros, en lugar de los 35 que venían abonando, y el plazo para conseguirlos será de 15 días, aunque estos tiempos pueden extenderse hasta un máximo de 45 días cuando se necesite más información sobre el solicitante, según la agencia de noticias Europa Press.
Hasta ahora, gracias al convenio con Moscú estos plazos estaban acortados y los visados se conseguían en 10 días,
Igualmente, se restringirán las visas de entradas múltiples, es decir que el titular de la visa puede entrar y salir del espacio Schengen tantas veces como desee, siempre y cuando respete la regla de los 90 días en un período de seis meses. Pasados los 90 días iniciales, hay que abandonar el territorio y esperar otros 90 días antes de poder volver a cruzar sus fronteras exteriores de manera legal.
Además, los solicitantes de visados deberán proporcionar una lista más extensa de pruebas documentales para respaldar sus pedidos.
La Comisión Europea, el órgano Ejecutivo de la UE, también propondrá que los países de la Unión rechacen los pasaportes rusos emitidos en las regiones ocupadas de Ucrania que Moscú intenta anexar.
El debate sobre esta cuestión fue lanzado por los países bálticos y Finlandia, que vieron un repunte de la llegada de turistas a sus fronteras para viajar desde allí al resto de Europa.
El acuerdo supone un punto intermedio entre los Estados que reclamaban el veto total al turismo ruso y aquellos, sobre todo los receptores de turismo, que pedían una medida más selectiva.
En la actualidad, casi un millón de ciudadanos rusos, 963.000 según los cálculos de Bruselas, tienen visados válidos para el espacio Schengen.
Con información de Télam