La situación dentro de Ucrania parecía deteriorarse rápidamente en las últimas horas con evaucuaciones de uno y otro lado de la frontera, una declaración de un estado de emergencia aprobada por el Parlamento y constantes rumores de movimientos militares en la zona disputada entre las Fuerzas Armadas y las milicias separatistas pro rusas, cerca de la frontera con esa potencia. Ese sombrío escenario se completa con un renovado ida y vuelta de amenazas entre Estados Unidos y las potencias europeas y Rusia, y una serie de ataques cibernéticos contra las varias páginas web del gobierno en Kiev.
Tras la decisión de Rusia de reconocer a las regiones separatistas del este ucraniano y la lluvia de sanciones financieras y políticas con que le respondieron Estados Unidos, la Unión Europea (UE) y el Reino Unido, las potencias entraron en pequeño y muy inestable período de tiempo en el que cada bando medirá las respuestas del otro y decidirá si presunciones fueron correctas. Moscú, por un lado, apuesta a que los aliados occidentales de Ucrania prioricen su reticencia a entrar a un conflicto armado con resultados inciertos; estos últimos en cambio buscan ver si las sanciones y la amenazas de medidas más fuertes convencen al Kremlin de que la economía rusa no puede sostener un aislamiento internacional como el que se baraja hoy en los medios internacionales.
Pero mientras los líderes hacen estos análisis -y seguramente ordenan en paralelo frenéticas negociaciones de último momento-, el escenario se va preparando en Ucrania para una guerra que supere al conflicto separatista que desangra hace ocho años a una parte de dos provincias orientales que limitan con Rusia: Donetsk y Lugansk
Evacuaciones
La Cancillería de Ucrania llamó a todos los ciudadanos del país a salir rápidamente de Rusia, mientras el gobierno ruso ordenó la evacuación de todo su personal diplomático de la embajada y los consulados en Ucrania, según la agencia de noticias Tass. En la embajada rusa en Kiev incluso sacaron la bandera nacional que suele estar izada en el frente.
La ONU también se sumó a la ola de evacuaciones, que hace días ya habían iniciado varios de los cuerpos diplomáticos de las potencias occidentales, entre ellos el de Estados Unidos, que se instaló en la ciudad del oeste ucraniano, Lviv. El vocero del secretario general António Guterres, Stéphane Dujarric, informó que todo el personal "no esencial" de las agencias y oficinas de Naciones Unidas abandonarán el país, mientras que llegará más personal humanitario. Ayer, la Cruz Roja Internacional alertó que empezaba a sentirse una falta de agua potable en las zonas en disputa de Donetsk Lugansk, y advirtió que una intensificación de los combates, como se empezó a ver hace unos días, podría empeorar aún más la situación.
"Nuestro mundo se enfrenta a un momento de peligro. Realmente esperaba que no llegara (...) pero los últimos acontecimientos relacionados con Ucrania son motivo de gran preocupación", reconoció Guterres este miércoles frente a la Asamblea General de la ONU, donde se discutió la escalada. El titular de Naciones Unidas calificó el reconocimiento de Rusia sobre las regiones separatistas como una "violación de la integridad territorial" y una medida “unilateral que entra en conflicto directamente con los principios de la Carta de las Naciones Unidas".
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Ucrania se prepara lo peor
Pero la urgencia no se siente en ningún lugar como en Ucrania. Ayer, aunque el presidente Volodimir Zelensky dijo que una "movilización general" militar no era necesaria, el Ejército anunció un plan de movilización de los reservistas de entre 18 y 60 años por el plazo de un año. Las Fuerzas Armadas de Ucrania cuentan con unos 200.000 reservistas y 250.000 militares en activo. En plano político, el Parlamento acompañó este gesto el miércoles al declarar un estado de emergencia para todo el territorio, excepto Donetsk y Lugansk a partir del jueves 24.
Esta medida implica mayores controles de seguridad en las calles, la prohibición de protestas, la evacuación forzada de personas que se encuentren en zonas que el gobierno considere peligrosas, la prohibición de toda información que las autoridades crean puede "desestabilizar la situación" y un toque de queda, según la prensa ucraniana.
Además, Zelensky volvió a pedir "garantías de seguridad" a sus aliados occidentales que desde finales del año pasado prometen respaldar a Ucrania en caso de una agresión de Rusia. "Ucrania necesita garantías de seguridad claras y concretas, inmediatamente", sostuvo el mandatario en una conferencia de prensa y, aunque agradeció las armas enviadas recientemente por Reino Unido, Polonia y Lituania, aclaró que el país necesita más: "Estamos unidos en la convicción de que el futuro de la seguridad europea se decide en este momento en nuestra casa, en Ucrania".
Al mismo tiempo que Zelensky le pide a Rusia "garantías de seguridad claras" para descartar una invasión masiva, también le sigue reclamando a sus aliados occidentales que le abran las puertas de la OTAN, una aspiración que Ucrania incluyó en su Constitución y que los miembros de esa alianza militar, sin embargo, nunca habilitaron.
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Amenazas, rumores y reuniones
Desde Rusia, la Cancillería reaccionó a las sanciones impuestas por Estados Unidos y los países europeos contra algunos de sus bancos, diputados, empresarios y todas las compañías involucradas en la construcción y fallida puesta en funcionamiento del gasoducto Nord Stream 2, la gran apuesta energética a la que apostaron el presidente ruso Vladimir Putin y la ahora ex canciller alemana Angela Merkel.
Prometió una respuesta "fuerte" y "dolorosa", mientras funcionarios estadounidenses alertaron de manera anónima a la prensa de ese país que las tropas rusas ya estaban posicionadas para atacar y en la ONU, su embajadora, Linda Thomas-Greenfield, advirtió que una guerra con Rusia como actor central podría provocar una crisis de refugiados que involucre a millones de personas.
En este clima enrarecido en el que la información oficial se mezcla con las versiones y los rumores, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, convocó una cumbre especial de los líderes de los países miembros de la UE para este jueves en Bruselas para discutir una posición conjunta frente al conflicto.