El líder opositor ruso Alexei Navalny será juzgado a partir de mañana en dos nuevos casos, uno por estafa y otro por insulto a un magistrado, con lo cual, de ser hallado culpable, podría sumar 10 años más de cárcel a los tres años y medio que ya tiene acreditados en otra condena.
El activista anticorrupción, de 45 años, comparecerá ante un tribunal de Moscú por videoconferencia desde su colonia penitenciaria en Pokro, 100 km al este de la capital rusa.
Su esposa, Yulia Navalnaya, denunció hoy la "cobardía" del Kremlin, en la víspera del nuevo proceso.
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"¡Escuchen, cobardes y sinvergüenzas! Exijo que se me permita asistir al juicio de mi marido, tengo todo el derecho a hacerlo", escribió Yulia Naválnaya en su cuenta de Instagram, luego de tildar las nuevas acusaciones de "ilegales" y "deshonestas".
"La gente en el Kremlin le teme tanto que va ser el primer hombre en Rusia juzgado directamente desde su celda. Quieren esconderlo de la vista de todos, de sus seguidores y de los periodistas", denunció Navalnaya.
En 2020, Navalny pasó varios meses recuperándose en Alemania tras sobrevivir a un envenenamiento, del que responsabiliza al presidente Vladimir Putin.
Enemigo público del Kremlin, fue detenido en enero de 2021 cuando regresó a Rusia y condenado en un caso de fraude, una acusación que según él, está motivada políticamente.
Su condena generó una lluvia de críticas internacionales y nuevas sanciones occidentales contra Moscú.
En este nuevo proceso, Navalny está acusado de haber malversado para uso personal más de 4,7 millones de dólares de donaciones entregadas a sus organizaciones, un delito que conlleva una pena de 10 años de prisión.
El opositor se arriesga también a una pena de hasta seis meses de prisión adicionales por un supuesto "insulto" a un juez durante una audiencia en 2021.
En junio de 2021, las principales organizaciones de Navalny, en particular el Fondo de Lucha contra la Corrupción (FBK), fueron declaradas "extremistas" por la justicia rusa, una decisión que condujo a clausurarlas y a juicios contra muchos de sus activistas.
Con información de Télam