Autoridades de Rusia informaron este miércoles que un jet privado se estrelló en la región de Tver, al norte de Moscú y todos los que estaban a bordo fallecieron. En la lista de siete pasajeros se encontraba Yevgeny Prigozhin, el jefe de Wagner, la poderosa empresa de mercenarios rusa que pelea en varias guerras y países en el mundo y que este año se hizo conocida en todo el planeta luego de encabezar un intento de levantamiento militar fallido contra el Gobierno de Vladimir Putin.
"Se abrió una investigación sobre la caída del avión Embraer, que se estrelló en la región de Tver esta noche. Según la lista de pasajeros, Yevgeny Prigozhin estaba en la lista", afirmó la Agencia Federal de Transporte Aéreo de Rusia (Rosaviatsiya), citada por la agencia de noticias estatal rusa Tass.
El Ministerio de Emergencias de Rusia informó, además, que había 10 personas a bordo de la nave que viajaba desde Moscú a San Petersburgo: tres miembros de la tripulación y siete pasajeros. "Según la información preliminar todos los que iban a bordo murieron", reprodujo la agencia de noticias Sputnik.
No obstante, medios internacionales sostuvieron que por ahora solo se recuperaron ocho cadáveres y que, por el grados de quemaduras que sufrieron, deberán hacerles pruebas de ADN para poder identificarlos.
Mientras la información oficial dejaba abiertas muchas incógnitas, el diario español El Mundo informó que un canal de Telegram considerado cercano de Wagner (empresa que usaba mucho esa red social para comunicar) denunció que el jet privado en el que viajaba Prigozhin fue derribado por la defensa aérea rusa, algo de lo que hasta ahora no hay ninguna prueba ni indicio.
Una figura siempre rodeada de rumores
A Prigozhin siempre lo siguieron y envolvieron los rumores, las versiones no oficiales. Primero en su ascenso meteórico hasta convertirse en un brazo armado crucial de una potencia como Rusia. Llegó a reclutar decenas de miles de mercenarios rusos en apenas unos meses para pelear codo a codo con el Ejército ruso en Ucrania, pero ya venía combatiendo -en clara cooperación con el Gobierno de Putin- en la guerra de Siria y en varios países africanos que enfrentan una fuerte insurgencia islamista y en donde la anterior cooperación con las potencias occidentales ya no estaba funcionando.
A finales de junio pasado, su nombre y el de su empresa de mercenarios, Wagner, se hicieron mundialmente conocidos cuando lideró a miles de sus soldados privados desde Ucrania hasta territorio ruso, en un levantamiento armado que llegó a tomar ciudades enteras sin disparar un tiro. La avanzada de Prigozhin y sus hombres paralizó a todo el mundo durante un sábado hasta que el mismo empresario y mercenario informó que desistía y no seguiría camino a Moscú. Había negociado con el Gobierno vecino de Bielorrusia, un gran aliado de Putin.
Desde entonces, el paradero de Prigozhin es un misterio. Bielorrusia dijo en un momento que se iba a refugiar en su país, luego se informó que había dejado el territorio para volver a Rusia y, hace solo unos días, se conoció un video de él en África en el que decía que sus hombres estaban combatiendo a sueldo de varios Gobiernos de ese continente para ayudarlos a alcanzar "la libertad".
Se supone que Prigozhin había viajado en las últimas horas de algún lugar de África a Moscú. Pero como todo en su vida, nadie lo sabe con certeza. Como tampoco quedó claro qué pasó con el buen vínculo con Putin y por qué el presidente ruso continuó permitiendo que Wagner, bajo el liderazgo de Prigozhin, siga operando -en representación indirecta pero innegable de Rusia- en varios países africanos y en Siria.