El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, rechazó la propuesta del líder del Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo, para que lo ayude a formar un gobierno corto de dos años en solitario. Feijoo obtuvo el encargo del rey Felipe VI para formar gobierno antes del 26 y 27 de septiembre -cuando está previsto el debate para su investidura- por ser el representante de la fuerza que más votos sacó en las elecciones generales, sin embargo, las alianzas parecieran no alcanzarle para llegar a los 176 votos que precisa. "He ofrecido un pacto de Estado, pero Sánchez prefiere pactar con los independentistas", criticó Feijóo en una conferencia de prensa tras la reunión de menos de una hora que mantuvo con Sánchez.
En el encuentro, el líder del PP le pidió a Sánchez que el PSOE se abstenga en esa votación, así facilitar la aprobación de una legislatura por el plazo de dos años para luego convocar a elecciones. Según Feijóo, líder del partido conservador que mantiene alianzas con la ultraderecha Vox, España está ante "un momento histórico" en el que solo caben "dos alternativas": la oferta que le presentó al PSOE o "dejar la gobernabilidad en manos de los independentistas", que ve "envalentonados", en referencia a las negociaciones que los socialistas mantuvieron con los partidos independentistas para lograr la presidencia del Congreso de los Diputados.
La oferta del PP no es un Gobierno de coalición, sino unir fuerzas para "un gran pacto durante un tiempo" que permita "disminuir la tensión y la polarización de la vida política para finalizar los bloques y los bloqueos, y resetear nuestro país", añadió. Pero que tendría, supuestamente, al PP en el Ejecutivo.
Feijóo le propuso a Sánchez un Gobierno que rechace "las solicitudes de referéndum de independencia y de amnistía expresadas por los partidos independentistas" y que suscriba seis pactos de Estado: de regeneración democrática, por el Estado de bienestar, por el saneamiento económico, por las familias, del agua y pacto territorial.
El PSOE consideró que, de esa forma, Feijóo demostró que "no está trabajando pensando en la estabilidad de su país, sino en cómo salvar su pellejo", según señaló la vocera del partido, Pilar Alegría, que manifestó que el líder conservador pasó de "querer derogar el sanchismo" a "rogar al sanchismo". Ella fue la encargada de reafirmar que su partido no va a apoyar la investidura de Feijóo del próximo 26 y 27 de septiembre.
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La de Feijóo será "una investidura fallida" y una vez que haya quedado atrás, "conseguiremos una investidura que dé estabilidad a nuestro país y que nos permita seguir avanzando y seguir desplegando nuevos derechos y conquistas sociales", agregó la vocera del socialismo, informó la agencia de noticias Europa Press.
La posición del PP ante la investidura
El PP salió ganador en las elecciones legislativas del 23 de julio, pero sin una mayoría necesaria para formar gobierno. Fue por esa razón, que recibió el encargo del rey Felipe VI para someterse a un debate de investidura en el Congreso, el 26 y 27 de septiembre.
Sin embargo, se sabe que sus posibilidades son ínfimas, ya que dispone de un máximo de 172 votos, por debajo de los 176 de la mayoría absoluta de los 350 escaños del Congreso: los 137 del PP, los 33 del partido de extrema derecha Vox y los votos de dos diputados de pequeñas formaciones regionales. En caso de que Feijóo fracase, Sánchez tendrá dos meses para conseguir los apoyos para ser investido, pero si tampoco lo logra, el Parlamento se disolvería y serían convocadas nuevas elecciones, probablemente a mediados de enero.
Feijóo dejó claro este miércoles que seguirá con su ronda de contactos para el debate de investidura. El líder del PP había asegurado que se reuniría con todos los partidos con representación en el Congreso, salvo con los independentistas vascos de Bildu, que fueron excluidos porque el PP considera que siguen pensando que "matar tuvo una justificación política".
El conservador sí accedió a sentarse a conversar con los independentistas de Junts por Catalunya, lo que le valió críticas tanto dentro de su partido como de la coalición de izquierda Sumar, que lo acusó de no tener "ni principios ni palabra", después de haber demonizado el diálogo llevado a cabo por el Gobierno de coalición la pasada legislatura "durante toda la campaña electoral". De todas formas siempre aclaró que, aunque se siente a hablar, no cederá a los pedidos de los independentistas.
"Yo sé que defender la igualdad de todos los españoles puede impedir que sea el presidente del Gobierno. Pero nunca llegaré al Gobierno sin defender la igualdad de todos los españoles", señaló, en declaraciones recogidas por el diario El País. "El PSOE pudo elegir, pero prefiere pactar con los independentistas, negociar amnistías, referendos y grupos parlamentarios que no cumplen los requisitos del Reglamento, y desigualdades financieras entre territorios", remarcó.
Las cuentas de Sánchez
Sánchez cuenta actualmente con los votos de 164 diputados, 121 de su partido, 31 de sus aliados de la izquierda de Sumar, 11 de dos partidos vascos y uno de un pequeño partido gallego. Tendría que negociar el apoyo de dos partidos independentistas catalanes para alcanzar 178 apoyos, como ya ocurrió a mediados de agosto cuando la socialista Francina Armengol fue electa como presidenta del Congreso de los Diputados.
De todas formas, los separatistas advirtieron que venderán caro su apoyo y reclaman un referéndum de independencia de Cataluña y una amnistía general para todas las personas inculpadas por la fracasada tentativa de secesión de la región española en 2017.
Con información de Télam