El primer ministro británico, Boris Johnson, dijo el domingo que no volvería a la "inmigración descontrolada" para resolver las crisis de combustible, gas y alimentos en Navidad, sugiriendo que tales tensiones eran parte de un período de ajuste post-Brexit.
En el inicio de la conferencia de su Partido Conservador, Johnson se vio de nuevo obligado a defender a su Gobierno frente a las quejas de quienes no pueden conseguir gasolina para sus coches, de los minoristas que advierten de la escasez navideña y de las empresas de gas que luchan contra una subida de los precios al por mayor.
El líder británico esperaba aprovechar la conferencia para pasar la página de más de 18 meses de COVID-19 y volver a centrarse en sus promesas electorales para 2019 de abordar la desigualdad regional, la delincuencia y la atención social.
En cambio, el primer ministro se encuentra en la cuerda floja nueve meses después de que Gran Bretaña completara su salida de la Unión Europea, una salida que, según dijo, daría al país la libertad de configurar mejor su economía.
"El camino a seguir para nuestro país no es simplemente tirar de la gran palanca marcada por la inmigración incontrolada, y permitir la entrada de un gran número de personas para trabajar... Así que lo que no voy a hacer es volver al viejo modelo fallido de bajos salarios, baja cualificación apoyada por la inmigración incontrolada", dijo en el programa de BBC Andrew Marr Show.
"Cuando la gente votó por el cambio en 2016 y (...) de nuevo en 2019 como lo hicieron, votaron por el fin de un modelo roto de la economía del Reino Unido que se basó en los bajos salarios y la baja habilidad y la baja productividad crónica, y nos estamos alejando de eso", explicó.
Fue lo más cerca que ha estado el primer ministro de admitir que la salida de Reino Unido de la UE había contribuido a las tensiones en las cadenas de suministro y la mano de obra, extendiéndose a todo, desde las entregas de combustible hasta la posible escasez de pavos para la Navidad.
"Habrá un periodo de ajuste, pero creo que eso es lo que tenemos que ver", dijo.
Dejó claro que no abriría los grifos de la inmigración para cubrir esos huecos, trasladando de nuevo la responsabilidad a las empresas para que eleven los salarios y atraigan a más trabajadores.
La escasez de trabajadores tras el Brexit y la pandemia de COVID-19 han sembrado el desconcierto en algunos sectores de la economía, interrumpiendo las entregas de combustible y medicamentos.
El presidente del Partido Conservador, Oliver Dowden, dijo que el gobierno estaba tomando medidas para contratar a más camioneros en general y que el gobierno había empezado a entrenar al personal de los camiones cisterna para empezar a repartir combustible el lunes.
(Información adicional de Paul Sandle, edición de Christina Fincher y Hugh Lawson, editado en español por Gabriela Donoso)