El Gobierno del Reino Unido ordenó hoy a China el cierre de las supuestas "comisarías de policía clandestinas" que operan en territorio británico, nombre dado a las entidades que, bajo el disfraz de ofrecer servicios administrativos, son acusadas de servir de instrumento para la persecución de opositores al régimen chino.
La presencia de estos puestos extraoficiales chinos fue señalada en el Reino Unido, pero también en otros países como Estados Unidos y Francia, aunque no existen pruebas de actividades ilegales por parte de Beijing.
El ministro de Seguridad británico, Tom Tugendhat, declaró en el Parlamento que la existencia de estas "comisarías de policía" en suelo británico es "inaceptable".
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Tras una extensa investigación sobre las denuncias de que estos establecimientos no oficiales se utilizan para monitorear comunidades y coaccionar a la gente para que regrese a China, Tugendhat comunicó al Gobierno del gigante asiático que estas prácticas "no deben operar en ninguna forma".
El ministro manifestó que la policía británica había visitado cuatro localizaciones donde supuestamente operaban estas comisarías con el fin de "determinar si se han violado leyes y si debería tomarse alguna medida adicional".
A pesar de no haber encontrado evidencia de actividades ilegales por parte del Estado chino, Tugendhat fue enfático en señalar que estos sitios se habían establecido "sin consultar al Gobierno británico".
"Estas comisarías fueron establecidas sin nuestro permiso y su presencia, independientemente de cualquier actividad administrativa de bajo nivel que estuvieran realizando, habrá preocupado e intimidado a aquellos que han dejado China y buscado seguridad y libertad aquí en el Reino Unido. Esto es inaceptable", afirmó.
La embajada de China en Londres afirmó en varias oportunidades "que no hay supuestos puestos de policía en el extranjero" y criticó a los medios de comunicación de difundir "falsas acusaciones".
Las relaciones entre Londres y Beijing se deterioraron considerablemente en los últimos años, debido en particular a la represión del movimiento prodemocracia en Hong Kong, excolonia británica, a la situación de la minoría musulmana uigur y a las sospechas de espionaje relacionadas con la empresa de telecomunicaciones Huawei.
Con información de Télam