Expertos en políticas fiscales advirtieron que el paquete de estímulos contemplado en el presupuesto presentado ayer en el Parlamento por el ministro de Finanzas, Jeremy Hunt, beneficia principalmente a los ricos, en lugar de apoyar a quienes trabajan.
El Gobierno británico anunció un ambicioso plan de inversión de 94.000 millones de libras (unos 114.000 millones de dólares) para los próximos dos años, destinado a mejorar el poder adquisitivo de los ciudadanos, durante la presentación del presupuesto, que coincidió con una jornada de protesta en todo el país por el alto costo de la vida y en reclamo de mejoras salariales en línea con la inflación.
El paquete económico incluye una exención fiscal que sólo beneficia al 1% de los que más ganan, así como un aumento significativo en las desgravaciones fiscales de las pensiones, con el objetivo de incentivar la generación de puestos de trabajo.
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De acuerdo al Instituto de Estudios Fiscales (IFS), una organización independiente especializada en investigación, esto es "un enorme regalo para los más ricos" que podría no tener impacto en la creación de más empleo.
La falta de una estrategia coherente aquí sigue siendo profundamente decepcionante. Estos cambios son en gran parte un retroceso en los cambios realizados hace solo unos años por este Gobierno, afirmó Paul Johnson, director del IFS, según un informe que recogió el diario británico The Guardian.
También criticó el hecho de que el Gobierno se empeñara en reducir la tasa de impuesto de los salarios de los trabajadores de hasta 12.500 libras esterlinas (unos 15.000 dólares).
Dijo que esto fue una estrategia ineficaz para reducir la pobreza, ya que el mayor beneficio se dirigiría a los trabajadores bien remunerados.
"La mayoría de los beneficiarios son los que ganan más de 100.000 libras esterlinas al año, con muchos ganando más de 200.000 libras esterlinas anuales, apuntó Johnson.
El IFS también expresó su preocupación por la falta de detalles sobre cómo el Gobierno planea recaudar más impuestos para financiar el aumento de gastos.
El año pasado anunció que estaba estudiando un impuesto a la propiedad, pero Hunt no hizo ningún anuncio sobre esto en el presupuesto presentado ayer.
En ese sentido, la organización expresó que este era uno de los pocos impuestos que podría recaudar una cantidad significativa de ingresos.
El IFS también criticó la falta de planes para cambiar el sistema de impuestos de la propiedad, que significaría que los propietarios de viviendas de lujo se beneficiarían de los recortes impositivos y los inquilinos se verían perjudicados.
No obstante, destacó que el presupuesto de Hunt contenía algunos beneficios positivos, como el aumento en el salario mínimo y la extensión del programa de ayuda para la vivienda, pero dijo que los recortes a la financiación de la educación superior y el aumento de impuestos a las bebidas alcohólicas eran una combinación desigual.
A su vez, el grupo de expertos de la organización Resolution Foundation alertó que el Reino Unido sigue camino de una década desastrosa de ingresos estancados y altos impuestos, a pesar de los recortes en los servicios públicos incluidos en el presupuesto.
Ayer, miles de trabajadores en todo el Reino Unido, entre ellos profesores, choferes de subte, médicos y funcionarios, estuvieron en huelga para reclamar un alza salarial y mejores condiciones laborales, en lo que fue una de las jornadas de movilización más grandes que el país ha visto en meses.
Esta protesta surge en un contexto de inflación instalada por encima del 10%, precios de alimentos y energía elevados, y una gran cantidad de trabajadores necesitados de ayudas estatales para sobrevivir.
Con información de Télam