El Gobierno británico quiere recortar hasta 91.000 puestos de trabajo en la administración pública para reducir gastos, en medio de la crisis del costo de vida originada por el incremento de las facturas de energía, la guerra en Ucrania y los coletazos del Brexit.
El objetivo es volver a los niveles de personal de 2016 en un plazo de tres años, reveló el secretario del Gabinete de Boris Johnson, Simon Case, en una carta enviada a los funcionarios.
Case reconoce en la carta difundida por la cadena pública BBC, que la reducción de puestos de trabajo sería un "reto" y que el personal de la administración pública había crecido "sustancialmente" desde 2016, en parte debido a la pandemia.
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"Debemos considerar cómo podemos racionalizar nuestra fuerza de trabajo y equiparnos con las habilidades que necesitamos para ser un servicio aún más eficaz, ágil e innovador que continúe cumpliendo con las personas a las que servimos", escribió.
En 2016 había 384.000 funcionarios públicos, el número más bajo desde la Segunda Guerra Mundial, pero mientras el Reino Unido se preparaba para salir de la UE, la cifra aumentó de forma constante hasta alcanzar los 475.000 a fines del año pasado.
Se estima que los ministros informen dentro de un mes los planes para lograr los recortes de sus departamentos, lo que permitiría un ahorro anual de 3.750 millones de libras, según el ministro de la Oficina del Gabinete, Jacob Rees-Mogg.
El Reino Unido sufre la peor crisis del costo de la vida en 50 años, con una inflación que está aumentando un 7% al año, la tasa más alta en 30 años, originada debido a la guerra de Ucrania y a la reactivación de la economía global tras levantarse las restricciones por la pandemia y el Brexit, según los expertos.
El Banco de Inglaterra advirtió que la inflación podría llegar al 10% en unos meses, ya que el precio del combustible y los alimentos ejercen presión sobre la canasta familiar.
Con información de Télam