El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, prometió hoy continuar con el plan de reforma judicial, un día después de que unas 80.000 personas asistieran a una protesta masiva en Tel Aviv contra esa propuesta del gobierno de coalición conformado por partidos de derecha, ultraderecha y ultraortodoxos.
En la reunión del gabinete después de la gran manifestación de Tel Aviv, el premier dijo que debe haber un "diálogo sustantivo, profundo y serio" en lugar de "lemas incendiarios sobre la guerra civil y la destrucción del Estado".
Terminaremos de legislar las reformas de una manera que corregirá lo que necesita corregirse, protegerá totalmente los derechos individuales y restaurará la fe del público en el sistema de justicia, que tanto requiere esta reforma, dijo hoy al comienzo de la reunión semanal del gabinete.
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Netanyahu señaló que hace dos meses, millones de personas salieron a las calles para votar en las elecciones, y sus voces también deberían ser escuchadas, informó el medio local Times of Israel.
El primer ministro rechazó categóricamente la sugerencia de que los votantes que respaldaron a su gobierno no apoyen la reorganización propuesta del sistema judicial.
Los millones de ciudadanos que votaron por el campo de la derecha sabían sobre la intención de hacer profundas reformas en el sistema judicial. Más que eso: nos lo exigieron, dijo.
Anoche, a pesar del clima fresco y lluvioso, más de 80.000 personas se reunieron en el centro de Tel Aviv para protestar contra los planes del nuevo Gobierno de Netanyahu para reformar el sistema judicial y debilitar la Corte Suprema, un paso que, según los críticos, destruirá el sistema democrático de controles y equilibrios del país.
Los manifestantes, muchos cubiertos con paraguas, portaban banderas israelíes y carteles que decían "Gobierno criminal", "El fin de la democracia" y otros lemas.
La protesta presentó un desafío temprano para Netanyahu y su ultranacionalista ministro de seguridad nacional, Itamar Ben-Gvir, quien ordenó a la policía que tome medidas duras si los manifestantes bloqueaban las rutas o mostraban banderas palestinas.
Sin embargo, no se informó de disturbios importantes.
También se produjeron protestas más pequeñas en las ciudades de Jerusalén y Haifa.
Netanyahu, quien está siendo juzgado por cargos de corrupción, hizo de la reforma del sistema legal del país una pieza central de su agenda.
En el cargo por poco más de dos semanas, su gobierno lanzó propuestas para debilitar a la Corte Suprema al otorgar al Parlamento el poder de anular fallos judiciales con una mayoría simple de votos.
También quiere dar al Parlamento el control sobre el nombramiento de jueces y reducir la independencia de los asesores legales.
El ministro de justicia de Netanyahu dice que los jueces no elegidos tienen demasiado poder.
Los líderes de la oposición israelí, los exfiscales generales y el presidente de la Corte Suprema de Israel se pronunciaron en contra del plan.
Esther Hayut, presidenta de la Corte Suprema de Israel, atacó el jueves los cambios propuestos como un ataque desenfrenado al sistema legal y dijo que estaban diseñados para forzar un golpe fatal a la independencia del sistema judicial.
Los cambios legales podrían ayudar a Netanyahu, quien está siendo juzgado por corrupción, a evadir la condena o incluso hacer que su juicio desaparezca por completo.
Desde que fue acusado en 2019, Netanyahu insiste en que el sistema de justicia está sesgado en su contra.
La de ayer fue una de las manifestaciones más grandes en Israel en la historia reciente.
Según analistas israelíes, la masiva manifestación de ayer marcó un naciente movimiento de protesta contra los planes del nuevo Gobierno, pero habrá que ver cuántos de las decenas de miles de manifestantes seguirán apareciendo semana tras semana para mantener el reclamo.
Con información de Télam