El jefe del Grupo Wagner, Yevgueny Prigozhin, dijo hoy que el levantamiento que protagonizaron entre viernes y sábado reveló "graves problemas de seguridad" en Rusia, y destacó que sus hombres recorrieron 780 km y encontraron muy poca resistencia.
"La marcha ha evidenciado graves problemas de seguridad en el país", declaró Prigozhin en su primer mensaje de audio desde que ordenó el fin de la sublevación el sábado por la noche, sin revelar su ubicación actual.
El empresario afirmó que sus combatientes avanzaron hacia la capital y se detuvieron "a 200 kilómetros de Moscú".
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
Prigozhin se defendió y afirmó que su objetivo no fue "derrocar el poder en el país" sino evitar la "destrucción del grupo Wagner", pero que no quiso "derramar sangre rusa".
"Demostramos un alto nivel de organización que debería tener el ejército ruso", agregó Prigozhin.
Además, afirmó que en su recorrido, los civiles le expresaron su apoyo, algo que expone la fragilidad del poder en Rusia.
"Los civiles nos recibieron con banderas rusas y con el símbolo de Wagner", afirmó.
El presidente Vladimir Putin, en un mensaje a la nación el sábado, prometió responder con dureza a lo que calificó de "puñalada por la espalda".
El sábado por la noche se informó que el presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, había mantenido por un acuerdo con Putin conversaciones con Prigozhin, y que el jefe de Wagner había aceptado detener el avance de sus combatientes hacia Moscú para evitar el derramamiento de sangre.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, anunció, por su parte, que Prigozhin podría trasladarse a Bielorrusia, bajo garantía personal de Putin, y que se abandonaría el caso penal contra él ni habría persecuciones contra sus seguidores.
Con información de Télam