La posibilidad de que Alberto Fujimori pueda volver a candidatearse para presidente sacudió la arena política peruana. Pese a que el ex mandatario, de 85 años, se muestra con varias dificultades de salud, su hija Keiko anunció esta semana que será el candidato en las elecciones presidenciales del 2026. Esta sorpresa que algunos tomaron como algo anecdótico por varias imposibilidades que tendría el ex mandatario para presentarse, abrió varios interrogantes sobre una figura tan polémica como vigente, que podría ser parte de una estrategia de unificación de su hija para intentar nuevamente gobernar Perú, tras varios intentos fallidos.
¿Puede postularse?
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“Mi padre y yo hemos conversado y decidido juntos que él será el candidato presidencial”, afirmó Keiko a través de las redes sociales, junto a un video en el que se la ve con el ex mandatario y lo acompaña un video de una entrevista donde cuenta una conversación con Fujimori, en la que él le habría dicho que está dispuesto a correr “todos los riesgos” para volver a la política” y postularse en 2026. En el extracto de la entrevista el video termina con el periodista que le dice a la líder de Fuerza Popular: “Yo creo que si él es el candidato, gana”. Y ella le responde: “Yo también”.
Las posibilidades acerca de si el ex mandatario que pasó al menos 16 años preso y salió de la cárcel unos meses atrás amparado en un indulto anterior, es el primer interrogante. Si bien parte de sus asesores consideran que la Justicia podría interpretar que puede, lo cierto es que todo indica, por varios motivos, que no estaría apto. Uno de los primeros impedimentos es el constitucional y tiene que ver con que no pueden postularse candidatos con condenas, como es el caso de Fujimori que en el 2009 fue sentenciado a 25 años por las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta, entre otros.
“Creo que va a ser difícil que se acepte la inscripción como candidato, no solo por la salud actual que le juega en contra, sino por la parte legal. Hay un impedimento porque tiene una condena, el indulto lo que hizo fue liberarlo solamente, y los condenados no pueden ocupar cargos públicos”, afirmó en diálogo con El Destape, el analista político de ATIK Comunicación Inteligente, Agencia de gestión y Comunicación Estratégica de Perú, Juan Carlos Ruiz. El especialista no descartó que puedan hacer un acto de postulación pero que posteriormente las autoridades lo frenen. Eso sí, tampoco descartó que el fujimorismo logre una interpretación judicial que le permita inscribirlo.
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En paralelo, otra de las variables tiene que ver con la cuestión de salud de Fujimori. “Fue indultado, fue sacado de la cárcel alegando ciertos problemas de salud, distintas organizaciones dijeron que era falso, que podía permanecer en la cárcel, pero el indulto se otorgó y estuvo un periodo en el hospital. Hace pocos días firmó la ficha de afiliación a Fuerza Popular, el espacio de Keiko, punto que termina dándole la razón a las organizaciones de que la intención era participar nuevamente en política”, explicó a El Destape la politóloga y docente de Política Latinoamericana en la UBA, y especialista en política peruana, Florencia Tursi Colombo.
Prácticamente las únicas noticias de Fujimori de los últimos años cuando estaba en la cárcel, tenían que ver con el estado de salud y las distintas veces que lo retiraban de la prisión para asistirlo en una clínica. De hecho, hace poco tiempo se conoció que tiene un tumor en la lengua, y la propia Keiko cuando anuncia que se postulará en el 2026 cuenta que su padre quiere volver a caminar pronto, tras haberse quebrado la cadera, entre otras enfermedades que transita el ex presidente peruano.
La estrategia
Si bien no se descarta que el mandatario pueda llegar a conseguir que la Justicia lo habilite, se cree que es muy complejo que termine en las papeletas de candidato ya sea por los impedimentos legales o por su estado de salud. Por eso, varios análisis sugieren que la decisión de Keiko responde ni más ni menos que a una estrategia política por la cual podría lograr unificar al fujimorismo en su espacio político e intentar una vez más llegar al Palacio presidencial. Para eso, no hay que olvidar que el ex mandatario es aún una figura vigente en la política local.
“Es una jugada muy inteligente y audaz que cambia el escenario político actual. El fujimorismo con Keiko tiene una arraigo mucho más juvenil, su bolsón de votación es entre los 18 y 35 años. En cambio el albertismo (por Fujimori padre) tiene un arraigo de los mayores de 50 años que recuerdan que el primer gobierno logró una inserción económica, que logró vencer a Sendero Luminoso, atrapar a su líder Abimael Guzmán”, detalló Ruiz sobre los apoyos al ex mandatarios y los de su hija, que considera que con esta estrategia de anunciar su candidatura podría lograr unificarlos dentro del espacio de Fuerza Popular.
El especialista recordó que hubo una división dentro de los seguidores del fujimorismo, cuando Keiko corrió de la escena política a parte de las figuras que habían sido parte del gobierno de su padre. Ruiz agregó que el ex mandatario no tuvo un partido orgánico como tal, y que Fuerza Popular es considerado una creación puramente de su hija, a la cual su padre se afilió recientemente. “Creo que la estrategia de Keiko no es postularse este 2026, sino guardarse para el 2031. Creo que va ser difícil que acepten la inscripción de Alberto, y le puede permitir al fujimorismo reunir a esos dos bolsones (electorados) tanto los de Alberto como los de Keiko”, añadió.
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Otro elemento a destacar es el contexto en el cual se anuncia la posible candidatura, pese a que faltan al menos dos años para el llamado a elecciones. Apenas unos días atrás, la Fiscalía pidió 30 años de cárcel para Keiko en la causa que la investiga por lavado de activos en el marco de los aportes de campaña. Si bien algunas fuentes consideran que difícilmente termine en la cárcel, otros consideran que el juicio podría llevar años, e incluso podría desestimarse, pero sí la noticia de la postulación de Fujimori corre también parte del eje mediático y sus investigaciones.
La especialista Tursi sumó un factor más de por qué también aparece en este momento nuevamente la figura del ex mandatario: “Creo que algo que hay que ver es el contexto político, reconstruir lo que pasaba cuando llega Fujimori a la Presidencia y lo que está pasando ahora. Hay un punto en común y al día de hoy permanece la idea de un Fujimori salvador, se lo llama la memoria salvadora. La idea de que había un fuerte caos en los años ‘80, crisis económica marcado por la hiperinflación, guerra interna con Sendero y aparece Fujimori para resolver estos problemas”, analizó la especialista.
De fondo, una crisis política cada vez más profunda
En ese contexto, Tursi sostuvo que si bien el presente no es tan dramático como en la década del ‘80 y parte de los ‘90 hay una sensación de caos o de crisis que podría tener alguna similitud: “Hay algunas cuestiones que venimos mencionando sobre la crisis de representación, que ya no es solo una crisis de representación sino que es más profunda, más sistemática, de agotamiento de distintas variables. Si bien no hay críticas profundas al modelo económico, hay algunos cuestionamientos como la desocupación, la informalidad laboral o los jóvenes que salen del país”.
Es válido recordar que cuando se habla de crisis de representatividad política se puede aplicar actualmente a la situación que atraviesan varios países en todo el mundo; sin embargo el caso peruano es quizás uno de los más llamativos. De acuerdo a las encuestas, tanto la presidenta actual, Dina Boluarte, como el poder legislativo o incluso el judicial, tienen un rechazo en torno o arriba del 80%. Más si se suma el destino de los últimos mandatarios, no sólo la cantidad de al menos siete presidentes en la última década, sino también que en gran parte terminaron en la cárcel o con causas de corrupción.
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En ese contexto de descreimiento político, la otra pregunta que surge es si realmente continúa con vigencia Fujimori y el director de estudios de opinión de Ipsos, Guillermo Loli, es muy claro al respecto: “El fujimorismo tiene un piso de alrededor del 10%, es la primera fuerza que generalmente aparece dentro de una gran dispersión de partidos. Es bajísimo, pero así está la política peruana hoy, recordemos que en la elección de 2021 los dos candidatos que pasaron a segunda vuelta apenas llegaban al 30% juntos, considerando ese punto, el 10% no es poco”. A su vez, el especialista remarca que no cree que el ex mandatario tenga un arrastre de votos muy grande porque hay que considerar un factor clave que es el antifujimorismo, que también cuenta con un apoyo importante.
Otro de los análisis sugieren que Keiko a sabiendas de que no le van a permitir a su padre candidatearse, podría generar un efecto de victimización y denunciar persecución política, algo que también podría generar un efecto de unificación dentro del fujimorismo. Suceda la variable que suceda con el ex mandatario, el hecho de que se recurra a una figura ya conocida, polémica pero con vigencia, como es el caso del ex presidente que supo darse hasta un autogolpe y renunciar desde Japón a través de un fax, y que pese a eso sea aún una opción válida, deja claro que lo que subyace es la profunda crisis de representación que no ha encontrado eco en estos años de otras figuras que puedan postularse como promisorias de un futuro mejor para Perú.