La violencia a periodistas en México no cesa y esta semana fueron asesinados dos reporteros gráficos, uno en Acapulco (al sur) y otro en Nayarit (noroeste). Un caso fue el de Nelson Matus, director del portal Lo Real de Guerrero, ataco el sábado cuando terminaba de hacer unas compras; y el otro fue Luis Martín Sánchez, corresponsal de La Jornada en Nayarit, quien fue encontrado con signos de violencia después de haber sido reportado como desaparecido.
El periodista de Lo Real de Guerrero fue abordado cuando se dirigía a su auto después de realizar una compras en bulevar Vicente Guerrero, en la colonia Emiliano Zapata, en Acapulco, según detalló la fiscalía en un comunicado que recogió Télam. Ya hay en curso una investigación por el delito de "homicidio calificado con arma de fuego"; los atacantes, por su parte, escaparon después del crimen.
Este fue no el primer ataque que había tenido Matus. El primero fue en 2019 cuando había sido atacado en el mismo estado pero logró salir ileso. Matus tenía 15 años de trayectoria periodística y se especializaba en la cobertura de hechos violentos.
El otro caso que se registró la última semana fue el de Sánchez, corresponsal de La Jornada, quien fue asesinado el 8 de julio. También se registraron cantidad de ataques no mortales en Acapulco días atrás. Por ejemplo, el de Alan Castro Abarca, administrador de dos páginas de noticias de Facebook, quien recibió el impacto de dos balazos el lunes pasado y se encuentra internado. El 16 de junio, en tanto, fue atacado a balazos José Carlos González Herrera, administrador de la página de Facebook de noticias Guerrero opinión ciudadana.
Las cifras
Según datos de Reporteros Sin Fronteras, desde el año 2000 fueron asesinados más de 150 periodistas en México. El gobierno, por su parte, anunció que solo en 2022 se registraron 13 homicidios de reporteros y las autoridades investigan si esos hechos estuvieron relacionados con el oficio de las víctimas. La mayoría de crímenes de comunicadores sigue en la impunidad.
La organización Artículo 19 marcó el 2022 como el año más mortífero, con Veracruz (este), Guerrero y Oaxaca (sur) como los estados en los que más periodistas han sido ultimados.