Habemus papam. En febrero de 2013, Jorge Mario Bergoglio dejó su modesta habitación en el Arzobispado de Buenos Aires sin imaginar que no regresaría en muchos años. Para entonces, era el cardenal de la capital argentina y su destino inmediato era Roma, donde participaría en el cónclave convocado tras la sorpresiva abdicación del papa Benedicto XVI. El 13 de marzo de ese mismo año, sería electo como el primer Papa latinoamericano de la historia, tomando el nombre de Francisco.
Pocos imaginaban que el humilde cardenal de Buenos Aires sería designado como el líder supremo de la Iglesia católica. Su elección sorprendió al mundo, ya que históricamente los pontífices provenían de Europa. Con 76 años y un perfil bajo, Bergoglio no figuraba entre los favoritos en las apuestas previas al cónclave. Sin embargo, su carisma, su compromiso con los más desfavorecidos y su cercanía con el pueblo lo convirtieron en la opción ideal para revitalizar la fe católica en un momento de crisis.
Los Bergoglio: una familia humilde y devota
Jorge Mario Bergoglio nació el 17 de diciembre de 1936 en el barrio porteño de Flores, en el seno de una familia de inmigrantes italianos. Su padre, Mario José, trabajaba en el ferrocarril, mientras que su madre, María Regina Sívori, era ama de casa. Creció como el mayor de cinco hermanos: Alberto Horacio, Oscar Adrián, Marta Regina y María Elena. De todos ellos, solo María Elena, la más joven, sigue con vida. Ella reside en Ituzaingó, en la provincia de Buenos Aires, y estuvo alejada de los medios en los últimos años debido a problemas de salud.
Cuando Bergoglio fue elegido Papa, María Elena fue la encargada de compartir con la prensa su emoción y orgullo por el nombramiento de su hermano. En aquel momento, aseguró que no esperaba que fuera elegido, y que la noticia la tomó por sorpresa.
Si bien la familia Bergoglio ha mantenido un perfil bajo, es sabido que el Papa Francisco tiene una estrecha relación con su hermana María Elena y sus sobrinos. Uno de ellos, José Bergoglio, trabajó en iniciativas sociales inspiradas en el mensaje de su tío, como la fundación "Haciendo Lío". Por su parte, otro de sus sobrinos, José Luis Narvaja, se convirtió en sacerdote jesuita, siguiendo los pasos de su famoso tío.
El impacto en su familia y en el resto del mundo
La elección de Francisco como Sumo Pontífice no solo marcó un hito en la historia de la Iglesia, sino que también tuvo un impacto profundo en su familia y en millones de personas alrededor del mundo. Su humildad, cercanía y compromiso con las causas sociales lo han convertido en uno de los Papas más queridos de los últimos tiempos, y su historia sigue inspirando a quienes sueñan con una Iglesia más inclusiva y abierta al diálogo.