El papa Francisco llegó este domingo a Canadá para iniciar una visita de seis días que estará marcada por el pedido de perdón a los pueblos indígenas por los abusos cometidos en internados manejados por la Iglesia entre fines del siglo XIX y la década de 1990.
El pontífice aterrizó a las 11:08 (14:08 en la Argentina) en el aeropuerto internacional de Edmonton, en el Oeste del país, a donde llegó acompañado por Télam y otros medios a bordo del avión papal tras 10 horas de viaje desde Roma y fue recibido por el premier, Justin Trudeau, y representantes de los pueblos indígenas.
Desde mañana y hasta el viernes, el Papa mantendrá encuentros con representantes de los pueblos Métis, First Nations e Inuit, que sufrieron todo tipo de abusos en las escuelas residenciales financiadas por el Estado canadiense y gestionadas en algunos casos por instituciones de la Iglesia católica y de otros grupos cristianos.
Desde 1863 y hasta el cierre de la última escuela residencial en 1995, unos 150.000 nativos menores de edad fueron separados de su familia en un plan sistemático de asimilación forzosa para occidentalizar sus costumbres.
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Durante la gira, Francisco, de 85 años y aún en recuperación por los dolores en su rodilla derecha que lo obligarán a hacer algunos desplazamientos en silla de ruedas, recorrerá casi 20.000 kilómetros y también visitará Québec e Iqaluit. Durante el vuelo, de todos modos, el Papa recorrió a pie, ayudado por un bastón, el pasillo del avión para saludar uno por uno a los 78 periodistas que lo acompañaron.
La llegada del Papa al país norteamericano para pedir perdón a las familias de las víctimas y a sobrevivientes, que tiene por lema "Caminando juntos", había sido uno de los 94 pedidos explícitos que reclamó en 2015 la Comisión para la Verdad y la Reconciliación (TRC, por sus siglas en Inglés) que, con participación de representantes indígenas, instituyó el Gobierno canadiense para documentar la historia de sufrimientos en los internados.
Los abusos a indígenas de la Iglesia católica en Canadá
Los casos de abusos se dieron en muchos de los 139 internados creados por el Estado canadiense para reeducar bajo las tradiciones occidentales a unos 150.000 nativos de entre 3 y 16 años, que fueron gestionados en muchos casos por instituciones cristianas.
Según las estimaciones de los pueblos indígenas, unos 4.100 niños fallecieron en estos internados en medio de malas condiciones de vida y muchos fueron además enterrados en fosas comunes, de las que en los últimos años hubo varios descubrimientos.
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En septiembre de 2021, los obispos católicos de Canadá pidieron disculpas formales a los pueblos indígenas de ese país después de que en los últimos meses se descubrieran más de 1.000 tumbas cerca de antiguos internados gestionados por la iglesia, según una declaración publicada el viernes. "Nosotros, los obispos católicos de Canadá, expresamos nuestro profundo remordimiento y ofrecemos una disculpa inequívoca", dijeron. También reconocieron "el sufrimiento vivido en los internados" y los "graves abusos cometidos por algunos miembros" de la comunidad católica, según la agencia de noticias AFP.
"Muchas comunidades religiosas y diócesis católicas han servido en este sistema que ha llevado a la supresión de las lenguas indígenas, la cultura y la espiritualidad, sin respetar la rica historia, las tradiciones y la sabiduría de los pueblos indígenas", dijeron. La declaración también reconoce el "trauma histórico y actual, así como el legado de sufrimiento y los desafíos que continúan hasta el día de hoy para los pueblos indígenas".
Con información de Télam