(Agrega palabras del Papa en reunión con víctimas del conflicto en el este de RDC)
El papa Francisco llamó hoy al pueblo de la República Democrática del Congo (RDC) a perdonar, renunciar a la violencia y superar las divisiones, en una misa ante 1 millón de fieles en un país de África destrozado por años de conflictos.
Muchos de los fieles pasaron la noche en los vastos aeródromos del aeropuerto Ndolo de la capital de la RDC a la espera de Francisco, cantando, bailando y animándose para el primer evento masivo del pontífice y el principal de su gira de seis día por África.
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La visita papal, que llegó ayer a la excolonia belga, es la primera desde la de San Juan Pablo II en 1985, aunque el quinto viaje de Francisco a África -el continente donde más crece el catolicismo- en sus casi diez años de pontificado.
La multitud vitoreó cuando Francisco comenzó un lento recorrido por el lugar de la misa en su papamóvil, saludando a la multitud mientras algunas personas corrían a su lado u ondeaban banderas en un ambiente festivo pero entre grandes medidas de seguridad.
"Cuando el papa (Juan Pablo II) vino por primera vez, hizo historia. Tenía 15 años, hoy tengo 55 años, así que asistir a una primera misa papal es muy importante", dijo Adrien Louka, que llegó de madrugada, a la agencia de noticias AFP.
La multitud vitoreó de nuevo cuando el Papa argentino los saludó en lingala, uno de los cuatro idiomas nacionales del Congo, que se habla ampliamente en la capital, Kinshasa.
Luego escucharon con atención cómo les exhortaba en su homilía a abrir el corazón al perdón, citando el ejemplo de Cristo, que perdonó a los que lo traicionaron.
"Él les mostró sus heridas porque el perdón nace de las heridas", dijo Francisco.
"Nace cuando nuestras heridas no dejan cicatrices de odio, sino que se convierten en el medio por el cual damos lugar a los demás y aceptamos sus debilidades. Nuestra debilidad se convierte en una oportunidad, y el perdón se convierte en el camino hacia la paz", señaló.
En alusión a décadas de violencia, especialmente en el este del Congo, que obligaron a millones de personas a huir de sus hogares, Francisco enfatizó que perdonar no significa fingir que no pasó nada malo, sino que crea una "amnistía del corazón".
"¡Qué bien nos hace limpiar nuestros corazones de ira y remordimiento, de todo rastro de resentimiento y hostilidad!", dijo.
"Los cristianos estamos llamados a colaborar con todos, a romper el ciclo de la violencia, a desmantelar las tramas del odio", agregó.
La RDC, el país con más católicos de África, es la primera etapa de una gira de seis días por el continente, que incluirá también a Sudán del Sur, otra nación de mayoría cristiana atravesada por la pobreza y los conflictos armados.
Ayer, en un discurso a políticos y dignatarios en el palacio presidencial de Kinshasa, Francisco denunció el "colonialismo económico" y el saqueo durante siglos de la riqueza mineral y natural de África por parte de potencias extranjeras.
Pese a sus cuantiosas reservas minerales, la RDC es uno de los países más pobres del mundo, con casi dos tercios de su población viviendo con menos de 2,15 dólares por día según el Banco Mundial.
La nación de África Central, de 100 millones de habitantes, es laica, según su Constitución. Pero la tradición impuesta durante la colonización belga marcó la sociedad.
Según estimaciones, cerca del 40% de la población es católica, cerca de 35% son protestantes, 9% son musulmanes y 10% pertenecen a un movimiento cristiano local denominado Iglesia kimbanguista.
El viaje a la RDC y Sudán del Sur estaba programado inicialmente para julio de 2022 pero fue aplazado por el dolor de rodilla del pontífice, que lo ha obligado a utilizar silla de ruedas.
En una jornada de calor agobiante, el Papa dio su homilía desde una enorme plataforma climatizada. El sermón fue en italiano y traducido al francés, el idioma oficial de la RDC.
El arzobispo de Kinshasa, Fridolin Ambongo, habló después e hizo un llamado a que haya elecciones "libres, transparentes, inclusivas y pacíficas", a lo cual la multitud respondió con aplausos.
El país tiene programado celebrar elecciones presidenciales el 20 de diciembre, y la Iglesia Católica sigue teniendo un peso importante.
El presidente congoleño Felix Tshisekedi y miembros de la oposición asistieron a la misa.
Luego del servicio religioso, Francisco se reunió en Kinshasa con víctimas del conflicto en el este de Congo, que está plagado por decenas de grupos armados, y denunció que en la región se cometen "crueles atrocidades que deshonran a la humanidad".
Desde fines de 2021, rebeldes del M23 han tomado partes del territorio oriental de la provincia Kivu del Norte tras combates con el Ejército.
El programa del viaje papal incluía una visita a Goma, la capital de Kivu del Norte, pero fue cancelada por los enfrentamientos, que han desplazado a 5,7 millones de personas, según la ONU.
En su encuentro con las víctimas del conflicto, el Papa denunció una guerra provocada por "la explotación sangrienta e ilegal de la riqueza de este país" y se manifestó "indignado" por ello.
Poco antes, Francisco se vio confrontado a testimonios de "sufrimientos atroces" de cuatro víctimas del conflicto, con descarnados relatos de mutilaciones, violaciones y masacres.
Emelda M'karhungulu contó al Papa los "maltratos" que padeció durante tres meses en los que se vio reducida a la condición de "esclava sexual".
"A veces, mezclaban cabezas de personas con carne de animales. Era nuestra alimentación cotidiana", refirió.
La segunda etapa del viaje de Francisco lo llevará el viernes a Sudán del Sur, el país más joven del mundo, donde continuos combates han obstaculizado la implementación de un acuerdo de paz de 2018 para poner fin a una guerra civil.
Se trata del viaje número 40 de Francisco al exterior desde su elección en 2013 y el primero de este año 2023.
Con información de Télam