Miles de israelíes participaron hoy de una nueva edición de la Marcha de la Bandera por las calles de Jerusalén, un evento tradicionalmente polémico pero en el que este año no se han registrado graves incidentes más allá de más de una decena de detenciones.
Durante la marcha, que atraviesa el barrio musulmán de Jerusalén, se han producido episodios aislados de violencia y acoso por parte de algunos de los asistentes más radicales, si bien es cierto que hubo insultos y cánticos en contra de la población árabe.
Varios grupos de manifestantes lanzaron proclamas racistas, como "muerte a los árabes" o "que arda vuestra aldea", mientras además bailaban en las inmediaciones de la Puerta de Damasco, uno de los accesos a la Ciudad Vieja de Jerusalén.
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La Policía de Israel ha confirmado la detención de una decena de personas antes incluso del inicio de la Marcha de las Banderas, incluidos varios activistas de izquierdas que habían bloqueado una carretera de Cisjordania. Varias otras han sido detenidas por provocar a los palestinos. A la marcha ha asistido el ministro de Seguridad Nacional de Israel, Itamar Ben Gvir, impulsor de la polémica reforma judicial que ha evidenciado fricciones en el seno del Gobierno israelí, liderado por el primer ministro Benjamin Netanyahu.
Ben Gvir normalmente ha sido asiduo a esta concentración, si bien esta es la primera ocasión en la que lo hace como miembro del Gobierno israelí, tal y como recuerda el diario local 'Times of Israel'.
Los participantes en la marcha son "un peligro, golpean las puertas de los comercios y de nuestros hogares", declara Abu al Abed, de 72 años.
El primer ministro Benjamin Netanyahu dijo el jueves que la celebración en Jerusalén ocurre "3.000 años después de ser fundada por el rey David, 75 años después de ser refundada como la capital del renacido estado de Israel, y 56 años después de ser reunificada".
"Jerusalén es nuestro por siempre", dijo en el cierre del acto en el Muro de los Lamentos Itamar Ben Gvir.
Así, la Marcha de las Banderas transcurrió sin graves incidentes a pesar de que se temía que parte de los asistentes tratasen de acercarse a la Explanada de las Mezquitas, elevando así las tensiones.
La marcha es organizada por organizaciones derechistas y religiosas para conmemorar la "unificación" de Jerusalén y la toma de la Ciudad Vieja, incluida la Explanada de las Mezquitas -conocida por los judíos como Monte del Templo- durante la Guerra de los Seis Días en 1967, un hecho no reconocido internacionalmente.
El acto ha tenido lugar menos de una semana después de un nuevo alto el fuego en la Franja de Gaza tras una campaña de bombardeos israelíes contra Yihad Islámica que han dejado más de 30 palestinos muertos. Además, murieron dos personas en Israel -un israelí y un palestino- por el impacto de proyectiles.
En 2021 durante la marcha estallaron enfrentamientos en Jerusalén que duraron 11 días y dejaron decenas de palestinos heridos.
En 2022, 79 personas resultaron heridas en enfrentamientos entre fuerzas de seguridad israelíes y palestinos.
Este año, la policía israelí informó que desplegó 2.500 hombres en Jerusalén para asegurar el orden público.
Para Tom Nissani, israelí de 34 años que defiende las visitas de los peregrinos al monte del Templo, Jerusalén "es nuestra capital, debemos mostrarlo, alegrarnos y pelear por ello".
En contraste, un grupo pacifista israelí distribuyó por la mañana flores a los comerciantes árabes de la Ciudad Vieja para apoyarles y protestar contra el cierre de sus tiendas.
Con información de Télam