El ex primer ministro de Pakistán Imran Khan compareció hoy ante una corte especial de la capital Islamabad por cargos de corrupción, al día siguiente de su inesperada detención, que desató violentas protestas en el país y preocupación de Estados Unidos y la ONU.
La audiencia se celebró a puerta cerrada, pero algunos medios de comunicación, citando fuentes anónimas, dijeron que los fiscales pidieron que Khan permaneciera en prisión preventiva durante 14 días.
Su arresto se produjo tras meses de crisis política y después de que el exgobernante, de 70 años y líder del Partido Paquistaní por la Justicia (PTI) acusara a los militares, de gran poder en el país, de haber participado en un complot para asesinarlo.
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Khan, que enfrenta decenas de procesos judiciales, fue expulsado del poder el año pasado por una moción de censura y busca presionar al frágil gobierno de coalición para que organice elecciones anticipadas antes de octubre.
La detención del expremier "se hizo de conformidad con la ley", declaró esta madrugada el ministro del Interior, Rana Sanaullah.
Agregó que el arresto estuvo a cargo del principal órgano de lucha contra la corrupción, el NAB, "un organismo independiente que no es controlado por el gobierno".
"Imran Khan ha sido detenido por el caso de Qadir Trust", informó la policía de la capital Islamabad en su cuenta de Twitter, en referencia a una causa por corrupción.
Su arresto se produjo después de que el fin de semana Khan reiterara en un mitin que el general de división Faisal Naseer, un alto mando de los servicios de inteligencia está implicado en el intento de asesinato que sufrió el exgobernante en noviembre de 2022.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, y la ONU reaccionaron pidiendo que se respete la ley.
"Queremos estar seguros de que cualquier cosa que pase en Pakistán se ajusta al estado de Derecho y a la Constitución", indicó Blinken ayer durante una rueda de prensa, mensaje del que se hizo eco el secretario general de la ONU, António Guterres.
"Nos preocupa que las figuras políticas en Pakistán sean tratadas justamente y, por supuesto, que se siga un proceso judicial justo, así que monitorizaremos el proceso para asegurarnos de que nuestras inquietudes se tengan en cuenta", expresó Guterres.
La policía se enfrentó a seguidores del PTI a lo largo de la noche en ciudades de todo el país.
Medios locales reportaron dos muertos en esos choques y la policía informó que hubo cerca de 1.000 detenidos, informó la agencia de noticias AFP.
El lunes el Ejército lanzó una advertencia con respecto a lo que calificó como "acusaciones sin fundamento" hechas por Khan.
Por su parte, el primer ministro, Shehbaz Sharif, a quien Khan también acusó de estar implicado en el ataque a tiros que lo dejó herido en una pierna, dijo que las acusaciones sin pruebas "no pueden permitirse y no van a ser toleradas".
La policía lanzó gases lacrimógenos y un cañón de agua para dispersar a sus partidarios que protestaron en Karachi y Lahore. En Islamabad y en la vecina Rawalpindi los manifestantes bloquearon autopistas.
En Peshawar, una multitud destruyó el monumento Chaghi, una escultura en forma de montaña que recuerda el sitio de la primera prueba nuclear de Pakistán.
Las autoridades ordenaron el cierre de las escuelas a nivel nacional y restringieron el acceso a las redes sociales.
El PTI había llamado a sus partidarios a salir a las calles, pero la policía advirtió que hay una ordenanza en vigor que prohíbe las concentraciones de más de cuatro personas y que la aplicarían de forma estricta.
Con información de Télam