La tensión crece con el correr de cada hora en Níger y el norte de África. Esta noche vence el ultimátum que le hicieron los 13 países de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao) a los militares que dieron un golpe de Estado en Niger, otro miembro de la organización regional. La advertencia fue clara y dura: tienen siete días para restablecer al presidente Mohamed Bazoum, de lo contrario sus vecinos están decididos a reaccionar, incluso con "la fuerza", es decir, algún tipo de intervención militar y el inicio de una guerra a nivel regional.
Hasta ahora, los militares golpistas de Niger no dieron ninguna señal de estar analizando una entrega del poder. De hecho, la junta militar en Níger, encabezada por el general Abdourahamane Tchiani, prometió una "respuesta inmediata" ante "cualquier agresión" y este domingo llenaron el principal estadio de la capital con miles de personas que los apoyan. Mientras tanto, la discusión sobre una posible intervención militar sigue creciendo entre sus vecinos. El viernes pasado, los jefes del Estado mayor de la Cedeao llegaron a definir los planes de una posible intervención militar contra Níger, y algunos ejércitos, como el de Senegal, dijeron estar listos para participar.
Sin embargo, al día siguiente, el Senado de Nigeria -una de las principales potencias dentro de la Cedeao, con 215 millones de habitantes y 1.500 kilómetros de frontera compartida con Níger-, llamó al presidente de su país, Bola Tinubu, a "fortalecer la opción política y diplomática". Según publicó la prensa local, durante una reunión a puerta cerrada, la mayoría de los senadores nigerianos expresaron su oposición a una operación militar
En paralelo, Argelia, que no es miembro de la Cedeao pero sí comparte casi 1.000 kilómetros de frontera con Níger, también expresó el sábado por la noche sus reservas sobre un ataque del bloque regional. El presidente argelino, Abdelmadjid Tebboune, dijo en la televisión pública que una intervención sería "una amenaza directa" para su país. "No habrá ninguna solución sin nosotros (Argelia)", agregó y advirtió que una intervención regional podría hacer que "todo el Sahel (franja del norte africano) se incendie".
En la misma línea, Chad, otra potencia militar africana y vecino de Níger no miembro de la Cedeao, también anunció que no participará en una intervención regional y pidió abrir un diálogo. Otros dos vecinos, Mali y Burkina Faso, gobernados también por autoridades de facto y, por eso suspendidos de la Cedeao, respaldaron a los militares de Níger y dijeron que cualquier intervención será considerada como "una declaración de guerra" contra ellos también.
La Cedeao y las principales potencias occidentales, con Estados Unidos y Francia a la cabeza, han sido hasta ahora los opositores más férreos al golpe de Estado de hace casi dos semanas y las nuevas autoridades de facto de Níger. Por eso, muchos en Níger denuncian que estas dos potencias extrarregionales estarían detrás de las amenazas del bloque regional africano.
"Si interviene la Cedeao, empeorará la situación aún más. Pero la gente está lista y la población apoyará a los nuevo dirigentes, porque queremos un cambio", dijo Jackou, un comerciante de textiles en la capital de Níger, bastión de la oposición.
Sin embargo, la preocupación por lo que podría desatar una nueva guerra regional en África no se limita a las fronteras de ese continente. Un grupo de investigadores y especialistas de esa región publicaron este domingo en el diario francés Libération una columna de opinión en la que pidieron: "Debemos prevenir el escenario catastrófico de una guerra". "Una guerra más en el Sahel tendrá un solo ganador: los movimientos yihadistas que desde hace años construyen su expansión territorial sobre la quiebra de los Estados", escribieron en referencia a los inestables contextos de seguridad que ya viven los Estados de esa parte del mundo.
Confrontar a la antigua potencia colonial
El Gobierno de Francia, país que dominó a Níger como una de sus colonias hasta 1960, destacó este fin de semana que apoya "con firmeza y determinación" los esfuerzos de la Cedeao para revertir el golpe de Estado y estimó que estaba en juego "el futuro de Níger y la estabilidad de toda la región". El presidente Emmanuel Macron ya había advertido que si alguno de los militares o civiles franceses que se encuentran en ese país africano eran lastimados, su Gobierno reaccionaría de inmediato.
Desde el golpe de Estado, los militares que tomaron el poder convirtieron a Francia en su enemigo número uno. Retiraron al país de los acuerdos de cooperación en el campo de la seguridad y defensa con Francia, que aún tiene un contingente militar de 1.500 soldados en el territorio para "asistir" con la lucha contra los grupos armados islamistas.
Con información de Télam