Irak retoma la normalidad tras los enfrentamientos, pero la crisis política persiste

31 de agosto, 2022 | 17.35

(Agrega postergación del tribunal supremo y mensaje de Biden)

El Tribunal Supremo de Irak pospuso para mañana la vista en la que debe determinar si es competente para solicitar la disolución del Parlamento, luego de que Bagdad amaneciera hoy tranquila tras los violentos enfrentamientos entre partidarios del clérigo Muqdata al-Sadr y facciones chiítas apoyadas por Irán, que dejaron 30 muertos.

El estallido en la ultraprotegida Zona Verde de la capital, que alberga embajadas y ministerios, se dio luego de que al-Sadr anunciara el lunes último su "retiro definitivo" de la política, lo que encendió la chispa de la revuelta y volvió a poner en evidencia su influencia en la vida pública.

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La violencia desatada durante 24 horas, entre lunes y martes, fue la culminación de una larga crisis política que comenzó tras las elecciones legislativas en octubre de 2021.

Irak sigue sin gobierno ni presidente desde los comicios de 2021, dado que los principales líderes políticos no logran ponerse de acuerdo para nombrar a un nuevo primer ministro.

Ayer, en el segundo en el que Sadr ordenó a sus filas retirarse, los fusiles se silenciaron y los combatientes dejaron la Zona Verde.

Hoy, el toque de queda decretado para controlar el caos no es más que un recuerdo y Bagdad volvió a sus embotellamientos habituales, mientras que los negocios reabrieron y los estudiantes deberán rendir sus exámenes, anunció el Ministerio de Educación, informó la agencia de noticias AFP.

Pese a la aparente calma, el Tribunal Supremo, que tenía previsto examinar hoy la petición sobre la disolución del Parlamento, anunció que postergaba su vista para mañana, informó la agencia de noticias Europa Press.

La corte considera que no es de su competencia pronunciarse sobre la demanda por atentar contra la separación de poderes, pero la presión ha ido en aumento desde la semana pasada.

Tras el aplazo del tribunal, no se descartan nuevas movilizaciones.

Ayer, el presidente iraquí, Barham Salí, también planteó la celebración de elecciones parlamentarias anticipadas para sortear la actual crisis política, y el Parlamento decretó tres días de luto por las personas fallecidas durante las últimas protestas.

Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, instó hoy a los actores políticos de Irak a entablar un "diálogo nacional" que permita resolver la actual crisis, en una conversación telefónica con el primer ministro iraquí, Mustafa al-Kazimi, y alabó su papel durante las protestas.

Biden reiteró que Estados Unidos respalda un Irak "soberano e independiente" y se ha mostrado dispuesto a seguir hablando con al-Kazemi "en las próximas semanas", de acuerdo con un comunicado de la Casa Blanca.

El anuncio de Sadr sobre su retiro de la política se produjo dos días después de que dijera que "todos los partidos", incluido el suyo, debían renunciar a sus cargos en el gobierno para ayudar a resolver la crisis política

El líder chiita, del bloque que encabezó las elecciones del año pasado, con 73 escaños, exigía que se disuelva el Parlamento y elecciones legislativas anticipadas para salir de este encantamiento.

En junio pasado, sus disputados renunciaron a sus cargos en un intento por salir del estancamiento, lo que llevó a que un bloque chiita rival, el Marco de Coordinación pro-Irán, se convirtiera en el principal del Parlamento.

Un mes después, en julio, estallaron las protestas tras la promoción al puesto de primer ministro del país a Mohammed al Sudani, un exministro y exgobernador provincial de 52 años, candidato por el bloque Marco de Coordinación, que representa en el Legislativo a los principales partidos chiíes, excepto el bloque de Al Sadr y sus seguidores.

Los manifestantes irrumpieron en la sede del Parlamento y declararon que no se irían de allí.

A principios de agosto las protestas se extendieron a siete provincias de Irak, incluida la capital.

Irak es un país multiconfesional en el que las mismas figuras dominan la vida pública desde 2003, cuando cayó el presidente Saddam Hussein.

Los iraquíes afirman que las luchas políticas internas no tienen nada que ver con sus luchas cotidianas.

Irak ha sido azotado por décadas de conflicto y una corrupción endémica.

Rico en petróleo, pero con infraestructuras deterioradas, desempleo, cortes de electricidad y servicios públicos que se desmoronan, el país sufre ahora también una grave escasez de agua provocada por una sequía que ha causado estragos en amplias zonas del país.

Con información de Télam

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