La llegada de Claudia Sheinbaum al poder fue un tsunami en México: elegida con casi el 60% de los votos, la presidenta también logró dos tercios de los escaños en el congreso gracias a la alianza entre Morena, el Partido del Trabajo y el Partido Ecologista. Por lo tanto, cuenta con un amplio margen de maniobra, pero esto también genera grandes expectativas sobre la coalición de izquierda. Un mes después de su investidura, el balance de las primeras acciones de Sheinbaum parece confirmar su intención de continuar con la transformación social iniciada por Andrés Manuel López Obrador, integrando nuevas prioridades.
El legado de Andrés Manuel López Obrador
Fundador en 2011 de Morena, AMLO se convirtió para muchos mexicanos en un símbolo de ruptura con un sistema político corrupto. Centrando su liderazgo en su figura carismática, el partido trabajó arduamente para reducir las desigualdades a través de diversos programas de ayuda a los más vulnerables: aumento del salario mínimo, ampliación de la pensión para jubilados hasta los 65 años (antes de su reforma se otorgaba desde los 68), asistencia a la inserción de jóvenes mediante formación profesional, becas para personas con discapacidad y subsidios a la agricultura para pequeños productores. En total, alrededor de cinco millones de mexicanos salieron de la pobreza durante el mandato de AMLO.
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Pero si bien AMLO representa una ruptura con la clase política tradicional neoliberal que gobernó el país durante años, dejó algunas deudas pendientes. No logró reducir la pobreza extrema (que pasó del 7% al 7,1%) y su gestión es particularmente deficiente en cuanto al acceso a la salud: el porcentaje de personas con carencias en el acceso a los servicios de salud aumentó del 16,2% al 39,1% entre 2018 y 2022. Además, muchos sectores progresistas han criticado a AMLO por su falta de interés en las cuestiones feministas. Finalmente, la cuestión de la seguridad también es crucial: el último sexenio fue particularmente sangriento, con más de 200,000 homicidios relacionados con el narcotráfico.
Un problema persistente: la cuestión de la seguridad
Desde la declaración de guerra al narcotráfico en 2006 por parte del gobierno federal de Felipe Calderón, el número de homicidios anuales no ha dejado de aumentar, superando las 35,000 muertes en 2018. Durante la última campaña electoral, al menos 25 candidatos y alcaldes fueron asesinados. Las causas estructurales del auge de los cárteles son múltiples. Desde los acuerdos de Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en 1997, la pobreza extrema y la falta de oportunidades en las zonas rurales han llevado a muchos jóvenes campesinos a optar por el tráfico, una actividad mucho más rentable. Se estima que en la región de Guerrero, entre 50,000 y 100,000 personas sobreviven gracias al cultivo de amapola. Además, la estrategia represiva de Calderón solo ha aumentado la violencia al fragmentar los cárteles, como denuncia el World Drug Report 2011 de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.
Al igual que su predecesor, Sheinbaum se opone a una respuesta que se limite al ámbito militar: “No va a regresar la 'guerra contra el narco' de Felipe Calderón, no buscamos ejecuciones extrajudiciales, que era lo que ocurría. ¿Nosotros qué vamos a usar? Prevención, atención a las causas, inteligencia y presencia". El secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, agregó que se debe “atender de manera prioritaria a las familias más vulnerables, reduciendo la pobreza, cerrando brechas de desigualdad y generando oportunidades para que las y los jóvenes tengan acceso a una mejor calidad de vida”. Otras medidas propuestas por el ejecutivo incluyen el fortalecimiento de la Guardia Nacional, el uso de inteligencia contra el crimen y una mejora en la coordinación entre las autoridades. Los enfoques presentados en el último mes reflejan la voluntad de abordar concretamente los problemas socioeconómicos del país, en continuidad con las ambiciones de AMLO.
Desarrollar el estado del Bienestar
“Primero los pobres”, declaró Sheinbaum durante su investidura el 1 de octubre. Esta voluntad se caracteriza por el establecimiento de un estado del bienestar, que no solo ayuda a las poblaciones más vulnerables, sino que también garantiza su inclusión a través de derechos sociales. “Los Programas de Bienestar que hizo, que planteó, que generó el presidente Andrés Manuel López Obrador [...] van a ser constitucionales [...] cualquier presidente o presidenta que venga después de nosotros tiene que cumplirlo porque están en la Constitución y al estar en el cuarto constitucional los convierte en derechos”, afirmó. El establecimiento de estos programas como derechos permanentes en la Constitución es un primer paso. Desde hace un mes, Sheinbaum también ha lanzado nuevos programas sociales.
Dado que la vivienda es un problema creciente en México, la presidenta ha implementado un plan para construir un millón de viviendas destinado a las personas más vulnerables. Solo en las regiones del sur del país, las más pobres, se construirán 325,000 casas para 2030. Estas viviendas se destinarán prioritariamente a mujeres jefas de familia, jóvenes, población indígena y adultos mayores. Además, Sheinbaum está abordando la cuestión del acceso a la salud mediante la creación del programa Salud Casa por Casa. Dirigido a adultos mayores y personas con discapacidad, el programa busca ofrecer acceso gratuito a la salud, directamente en el hogar. En el primer mes de campaña, más de 900,000 personas ya se han inscrito.
Otro problema crucial en México es la cuestión del trabajo. Aunque AMLO ya había iniciado medidas sobre remuneración, México sigue siendo uno de los países con las condiciones laborales más precarias. Es el país de la OCDE con más horas de trabajo (un promedio anual de 2,128 horas), debido en gran parte a la escasez de días de vacaciones y a una jornada laboral que puede llegar a las 48 horas semanales. Sheinbaum ya ha expresado su deseo de reducir la jornada laboral: “Y el tema de las 40 horas igual, que nos sentemos en una mesa, para que esta, que es una demanda de los trabajadores y trabajadoras, sea tomada en cuenta y que podamos llegar a un acuerdo con los empleadores y empleadoras para que esto pueda ser una realidad en un proceso paulatino".
La causa de las mujeres: gran causa del sexenio
Si bien las reformas socioeconómicas de Sheinbaum se inscriben en la continuidad del trabajo de AMLO para construir un “México para todos”, la exalcaldesa de la Ciudad de México propone, sin embargo, salir de un cierto obradorismo. Más moderna, ha centrado su campaña en la defensa de los derechos de las mujeres. En un país donde 10 mujeres son asesinadas cada día a causa de la violencia de género, la nueva presidenta aborda este problema mediante reformas significativas. Desde el 3 de octubre, anunció modificaciones constitucionales. Se modificarán seis artículos con el objetivo de establecer un sistema de protección para las mujeres, centrado en tres adiciones clave: el principio y derecho a la igualdad sustantiva, el derecho a una vida libre de violencias y la perspectiva de género. Estas incorporaciones elevan a nivel constitucional una visión de la igualdad que no se limita a establecer una igualdad legal, sino que obliga al Estado a luchar contra las discriminaciones garantizando la igualdad de condiciones, trato y oportunidades. Sheinbaum defendió esta visión de la igualdad durante sus conferencias de prensa mañaneras: “¿A qué nos referimos con igualdad sustantiva? Una cosa es la igualdad de hombres y mujeres frente a la ley y la otra son las características especiales que tenemos las mujeres. Por eso hablamos de igualdad sustantiva, porque hay que tratar también todos los derechos de las mujeres”. En este sentido, Sheinbaum ya ha propuesto un aumento de la pensión de vejez para las mujeres de 60 a 64 años. Aunque el aumento se implementará gradualmente, ya son más de 760,000 mujeres de entre 63 y 64 años las que están inscritas para recibir una pensión de tres mil pesos bimestrales a partir del 1 de enero de 2025.
¿Son suficientes las reformas?
Los objetivos están claros, pero queda por ver si Sheinbaum podrá durante su mandato aportar las respuestas necesarias. Las medidas adoptadas para el bienestar requieren un verdadero cambio en el modelo económico del país. A causa de los acuerdos de TLCAN, solo renegociados en 2020, “el país sigue dependiendo en gran medida de la inversión extranjera y de un modelo de subcontratación internacional, donde todavía actúa como plataforma de ensamblaje manufacturero de bajo valor agregado, con poca integración de la mayoría de las exportaciones a la estructura productiva nacional”, según María Eugenia Cosio Zavala e Ilán Bizberg, profesores de El Colegio de México.
Sin una política intervencionista, será difícil lograr una verdadera integración económica de las poblaciones marginadas mientras se desarrollan las capacidades productivas del país. La cuestión de la corrupción de las élites y de una transición democrática también estuvo en el centro del proyecto de la Cuarta Transformación. Sheinbaum busca en este sentido mantener el proyecto de reforma de la justicia establecido por AMLO, que permite la elección de jueces federales; las consecuencias concretas de tal reforma aún son desconocidas. Por último, el acceso a la educación es un tema crucial: el 42% de los adultos de 25 a 64 años tienen un título universitario, una de las tasas más bajas de la OCDE. A pesar de la derogación de la reforma neoliberal de 2013, ningún nuevo proyecto ha surgido para abordar las deficiencias del sistema.