Tras lanzarse personalmente a defender el paquete de reformas que considera el corazón de su programa de gobierno, el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, logró el domingo por la noche ratificar su Ley de Urgente Consideración (LUC) por una diferencia mínima en el referéndum que sindicatos, organizaciones sociales, cooperativas y la principal fuerza de la oposición, el Frente Amplio (FA), lograron imponerle al juntar más de 800.000 firmas el año pasado, pese a las restricciones de la pandemia y la falta de cooperación oficial.
Con más del 99% escrutado, el 'No' a la derogación de la ley ganaba por 51,2% frente a un 48,8% del 'Sí', según la página web de la Corte Electoral de Uruguay. La diferencia a favor de la campaña del oficialismo fue de apenas unos 20.000 votos. El voto en blanco, en tanto, apenas sumó un 1,3% de los sufragios emitidos.
El paquete de medidas incluye la inclusión de una regla fiscal para limitar el crecimiento del gasto, aumento de comsbutibles decididos por el Ejecutivo, cambios al Código Penal para ampliar la figura de legítima defensa y aumentar las penas para ataques a la Policía, y un régimen paralelo de alquileres que habilita los desalojos exprés. En la consulta se votó en contra de derogar los 125 artículos más cuestionados de los 476 en total que tiene la ley, promulgada tras un proceso legislativo especial, que apenas duró 100 días.
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Tanto el gobierno como la oposición habían puesto toda la carne al asador en esta campaña. Desde su gabinete hasta el propio presidente se involucraron en los actos y la defensa de la ley, y en el FA y la amplia plataforma de organizaciones sociales que impulsaron el Sí a la derogación, apostaron todo por una victoria que pusiera freno a un gobierno, que salió bien parado de la pandemia y con un mandatario aún muy popular.
Como habían pronosticado los últimos sondeos, fue un resultado muy cerrado, lo que permite que tanto el gobierno como la oposición puedan festejar algo. El primero, que logró frenar el avance del 'Sí' opositor que amenazaba con dar marcha atrás con las reformas más importantes que logró aprobar hasta ahora y, el segundo, que la derrota no fue contundente y, por lo tanto, puede enmarcarla en el proceso de reconstruyección iniciado en 2019, cuando el FA perdió las presidenciales con una inédita coalición de cinco fuerzas de derecha y centro-derecha tras 15 años en el poder.
El referéndum había sido impulsado por una campaña masiva de sindicatos, organizaciones sociales y cooperativas que, en plena pandemia y pese a las dificultades políticas, económicas y sanitarias, lograron juntar las firmas necesarias para obligar al gobierno a plebiscitar a su ley más importante. Y a tal punto se convirtió en la principal bandera de lucha de la oposición, que hacia el final de la campaña circuló cierto temor de lo que una derrota pudiera significar para el FA.
Por eso, el ex presidente José Mujica intentó poner paños fríos durante la votación del domingo. Tras votar en una escuela en el oeste de Montevideo, sostuvo que "no hay ningún triunfo ni ninguna derrota, es un paso cívico de madurez que da el país". Dijo que un eventual triunfo del No -que luego se concretó- no podría interpretarse como un respaldo al gobierno: "El gobierno es más que un presidente; nosotros elegimos presidente, no monarca, somos una democracia de partidos."
El oficialismo, en tanto, celebró los resultados en las calles y con una conferencia de prensa con toda la primera plana de la coalición de gobierno: “Etapa superada, seguimos con el mismo optimismo”, sentenció Lacalle Pou, sonriente. Además, al referirse a lo que viene, envió un mensaje para sus socios regionales: “Uruguay seguirá abriéndose al mundo y tiene que dejar de participar de bloques que a veces son demasiado proteccionistas”.
Poco antes, el expresidente Julio María Sanguinetti había relativizado el resultado parajo y aseguró: "El país siempre estuvo dividido en dos", un análisis que no reflejó todos los resultados presidenciales anteriores en el país.
El FA salió a saludar a sus simpatizantes que esperaban los resultados en el bunker de la campaña del 'Sí' y se esforzaron por rescatar lo cerca que quedaron del 50%. "Cerramos una jornada ejemplar. Otra vez en las urnas se defendieron los derechos de la gran mayoría. ¡Gracias militantes, la lucha continúa!", tuiteó luego la fuerza opositora.
Unas horas antes, el presidente del FA, Fernando Pereira, ya había buscado comenzar a abrir la discusión política más allá de la LUC. Sostuvo que las reformas de esa ley no representan "las verdaderas urgencias" de las personas. En cambio, alertó sobre la "carestía, la baja del salario, las bajas jubilaciones y los problemas para acceder a productos de la canasta básica". "Esos son los problemas que urgentemente tiene que agarrar el gobierno nacional y en el que nosotros tenemos todas las ganas de participar", manifestó.