El presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, dijo que los serbios comenzarán a levantar hoy barricadas en Kosovo con las que bloquean rutas, luego de un acuerdo para rebajar tensiones que generaron temores a un nuevo conflicto en los Balcanes.
Vucic dijo anoche que el acuerdo se alcanzó durante una reunión nocturna que mantuvo con los líderes de los serbios de Kosovo, tras recibir llamamientos de Estados Unidos y la Unión Europea (UE) a calmar los ánimos.
La decisión se anunció horas después de la liberación de un exoficial de Policía serbio kosovar cuya detención desató una gran crisis entre Serbia y Kosovo que provocó inquietud internacional.
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"Eso quiere decir que a partir de mañana, se iniciará el levantamiento de barricadas, dijo Vucic tras la reunión.
Este no es un proceso simple, y no se puede hacer en dos horas, como algunos imaginaban, prosiguió.
Dentro de 24 a 48 horas se quitarán las barricadas. Pero la desconfianza no se quita, agregó, informó la televisión estatal serbia.
El arresto, el 10 de diciembre, del exoficial, Dejan Pantic, provocó protestas de los serbokosovares, que erigieron múltiples barricadas en el norte del país.
Pantic fue detenido por terrorismo luego de presuntamente agredir a un oficial de policía de Kosovo durante una protesta anterior.
El primer ministro de Kosovo, Albin Kurti, criticó la decisión del tribunal de poner en libertad a Pantic bajo arresto domiciliario.
Kosovo declaró unilateralmente su independencia de Serbia en 2008, una década después de una guerra entre fuerzas serbias y rebeldes albaneses.
Serbia y la mayoría de los países, incluyendo a la Argentina, no reconocen la independencia de la exprovincia del sur de Serbia, habitada en su mayoría por albaneses. Y ha animado a la minoría serbia de Kosovo, compuesta de unas 120.000 personas y concentrada en el norte del territorio, a desafiar a las autoridades de la capital, Pristina.
Ayer, Kosovo cerró su principal puesto fronterizo con Serbia, después de que los serbokosovares levantaran allí barricadas, en una de las peores crisis de los últimos años en la zona.
Tras el despliegue de las barricadas, la policía kosovar y las fuerzas internacionales de mantenimiento de paz fueron atacadas a tiros en varios incidentes, y el Ejército serbio fue puesto en alerta esta semana.
Estados Unidos y la UE llamaron conjuntamente ayer a una "desescalada sin condiciones" en esta región.
La semana pasada, la primera ministra serbia, Ana Brnabic, dijo que la situación estaba "al borde del conflicto armado".
Alemania denunció además el reforzamiento de la presencia militar serbia en la frontera con Kosovo, que a su parecer envía "una muy mala señal".
Por su lado, Rusia reafirmó su apoyo a Belgrado.
"Tenemos unas relaciones de aliados muy estrechas, históricas y espirituales con Serbia", declaró ayer el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov. Rusia sigue de manera "muy atenta" lo que pasa en Kosovo, añadió.
"Y por supuesto apoyamos a Belgrado en las acciones que emprenda", insistió.
Con información de Télam