Abogados del Gobierno de Estados Unidos lanzaron el miércoles un nuevo intento para lograr la extradición de Julian Assange desde Reino Unido, argumentando que la preocupación por la salud mental del fundador de WikiLeaks no debería impedirle enfrentarse a la justicia estadounidense.
El australiano, de 50 años, es reclamado en Estados Unidos por 18 cargos penales, entre ellos el de infringir una ley de espionaje, después de que su grupo publicara miles de archivos secretos clasificados y comunicaciones diplomáticas en 2010.
El abogado James Lewis, que actúa en nombre del Gobierno de Estados Unidos, dijo al Tribunal de Apelación de Londres que un juez de un tribunal inferior había errado al dictaminar que Assange no podía ser extraditado debido al alto riesgo de que se suicidara en una prisión estadounidense.
Un documento que resume los argumentos de Lewis, presentado ante el tribunal y divulgado a los medios de comunicación, dice que Estados Unidos ha proporcionado a Reino Unido "un conjunto de garantías" que abordan las preocupaciones del juez.
"Estados Unidos también ha proporcionado una garantía de que Estados Unidos consentirá que el señor Assange sea trasladado a Australia para cumplir cualquier sentencia de custodia que se le imponga", decía el documento.
Simpatizantes de Assange se concentraron frente al edificio del tribunal desde primera hora del miércoles, coreando "liberen a Julian Assange", antes de que llegaran su padre y Stella Moris, su pareja y madre de sus dos hijos.
Assange, que niega haber cometido ningún delito, está recluido en la prisión de Belmarsh. Estaba previsto que compareciera por videoconferencia, pero se informó al tribunal de que no se encontraba lo suficientemente bien como para hacerlo.
La comparecencia es la última etapa de una batalla legal que se libra desde 2012.
Con información de Reuters