El primer ministro de Italia, Mario Draghi, superó un voto de confianza, pero fue una victoria pírrica. Evidenció la fragilidad de su coalición de Gobierno y, apenas horas después, tuvo que renunciar. Pero lo rescató el presidente Sergio Mattarella, el más interesado en evitar una nueva, traumática y larga transición de poder. Le rechazó la dimisión y le dijo que vuelva al Parlamento y busque otra mayoría parlamentaria. El próximo capítulo es aún incierto, pero la extrema derecha espera capitalizar finalmente el creciente descontento popular en medio de una inflación y una crisis energética que no afloja.
En medio de este clima incierto, algunos partidos de centro ya se mostraron a favor de una nueva coalición de Gobierno con Draghi a la cabeza, pero el aliado que detonó la actual crisis, el Movimiento 5 Estrellas (M5E) especula aún con capitalizar el falta de popularidad del Ejecutivo saliente. El líder de la fuerza, Giuseppe Conte, convocó a un Consejo Nacional para tomar una decisión.
"Las próximas horas serán decisivas. El miércoles Draghi va a ir a las cámaras para dar nuevos anuncios, eso significa que la renuncia debería ser irrevocable", analizó para El Destape, Enrico Padoan, investigador en Ciencia Política en la Scuola Normale Superiore de Pisa. Para Padoan, lo que dejó este jueves en Italia es la verificación de que cambiaron las mayorías en el Parlamento y eso, según la praxis política italiana, lleva necesariamente a la dimisión del primer ministro. La jornada comenzó con una votación clave en el Senado de un paquete de ayudas económicas y sociales contra la inflación, que muchos criticaron por poco ambicioso, que ya había sido aprobado en Diputados, y que en la Cámara Alta Draghi lo ató a un voto de confianza.
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Draghi logró sobrevivir a esa moción. Obtuvo el apoyo de todos los miembros de su coalición de Gobierno, con la excepción del M5E que no se presentó en la asamblea a votar. Si bien Draghi obtuvo 172 votos a favor y 39 en contra (la mayoría es de 158), la ausencia del M5E desnudó el derrumbe de la mayoría parlamentaria. "Se achicó la mayoría y eso es más un problema político que puramente de números adentro de la asamblea. Estos votos además significan que potencialmente existen los números para otro Gobierno de Draghi, pero ahora hay que esperar a ver si aquellos 172 legisladores estarían dispuestos a formar un nuevo gobierno con la ausencia del 5 Estrellas", explicó el investigador en Ciencia Política.
La pelea entre el M5E y Draghi
Las tensiones entre Conte y el actual Ejecutivo tienen larga data. En primer lugar, el Gobierno de Draghi vino después de dos Gobiernos de Conte y esto marcó una primera rispidez. En segundo lugar, el M5E pasó de ser la principal fuerza a un socio minoritario. "La mayoría de la coalición es muy liberal en lo económico y los temas que el Cinco Estrellas intentó empujar en los últimos años más bien pueden encasillarse en propuestas redistributivas", explicó Padoan a El Destape y enumeró algunos proyectos, especialmente medidas contra la pobreza como trasferencias económicas mensuales a sectores populares y el impulso por el salario mínimo, una medida que existe en 21 de 27 países de la Unión Europea.
Pero lo que terminó de marcar la fractura política entre el M5E y el Gobierno fue la posición ante la guerra en Ucrania. "El Movimiento 5 Estrellas se alineó siempre a las votaciones del Ejecutivo pero en los últimos tiempos empezó a proponer el cese del envío de armas a Ucrania y pidió que Italia tome una posición más autónoma dentro de la OTAN", explicó Padoan. Esta tensión quedó clara en una sesión del Parlamento semanas atrás: Draghi pidió aprobar un envío de armas y ayudas económicas a Ucrania y el M5E lo aprobó pero a regañadientes. Acto seguido, le entregó al primer ministro un documento con nueve puntos para que los incluyera en el programa de Gobierno. Insistió con una mayor ayuda social a las familias golpeadas por los aumentos de precios de los últimos meses, la implementación de un salario mínimo y la continuidad de los programas de Ingreso de Ciudadanía para personas desocupadas, de un incentivo a la construcción y la renovación energética.
"En esa discusión en el Parlamento apareció de manera muy marcada la crisis de Gobierno. Sin embargo, en esa oportunidad, Conte decidió aceptar la línea mayoritaria del Ejecutivo, una decisión que no logró frenar una importante escisión de parlamentarios. Al menos un tercio del partido se fue y formó otro grupo, entre ellos el propio ministro de Relaciones Exteriores, Luigi di Maio, con una representación parlamentaria importante", agregó el investigador en Ciencia Política.
Conte no solo sufrió la fractura de su partido, sino que consideró que Draghi no tomó en cuenta sus demandas. Esa fue la gota que rebalsó el vaso. Aseguró que no quería "firmar un cheque en blanco" y se retiró de la votación este jueves. "En términos de contenido sustancial era mucho más importante políticamente el decreto de hace un mes sobre el envío de armas a Ucrania. Por eso la votación de hoy (por el jueves) se puede leer como la segunda parte de lo que pasó semanas atrás. Es decir, lo que hizo fue correr la crisis unas semanas más adelante y hoy vimos un ajuste de cuentas", explicó Padoan.
El surgimiento del M5E
El Movimiento Cinco Estrellas nació en 2009 de la mano del humorista Beppe Grillo, con un discurso que apuntaba a terminar con la "clase política". Con un programa similar al de la extrema derecha europea que retoma reclamos de la izquierda y la clase trabajadora, proponía crear un salario mínimo, hacer un referéndum para salir de la zona euro, aprobar leyes anticorrupción y de incentivos para las Pymes, limitar los mandatos electorales, reducir los salarios de los políticos y el número de congresistas.
Sus propuestas ganaron apoyo popular rápidamente: en las legislativas del 2013 consiguió el 25 por ciento de los votos y en 2018, el 32 por ciento.
"Hay que decir que la posición del M5E en el pasado fue bastante más radical. Eran muy críticos de la alineación internacional de Italia que tenía a Estados Unidos como Norte, pero al mismo tiempo tuvieron una posición ideológica muy ecléctica que les permitió mirar con simpatía tanto a Trump como a China. Ellos están tratando de presentarse como una fuerza distinta a la que fueron en el pasado. Por ejemplo, en el último tiempo, ratificaron su fe hacia el proyecto de la Unión Europea y hasta lo dejaron escrito en su propio estatuto", explicó Padoan.
En ese sentido, para el académico, el M5E está tratando de diferenciarse del Gobierno de Draghi como una estrategia para recuperar el apoyo de su base electoral. "El M5E puede beneficiarse parcialmente de esto porque ellos nacieron como una fuerza en oposición al resto de los partidos, pero terminaron aliándose con todos y desperdiciando un caudal electoral enorme", agregó el profesor. Según sus cálculos, hoy esta fuerza tiene una intención de voto de apenas el 10 ciento.
La falta de popularidad del Gobierno de Draghi no se explica solamente por la actual crisis económica desencadenada por la guerra en Ucrania y la inflación global provocada por las sanciones occidentales a Rusia. Se enmarca en un proceso de creciente desconfianza generalizada, que ha llevado a que la participación electoral en la última votación se derrumbara al 40 por ciento, un número muy bajo para un país que hasta fines de la década del '90 tenía la participación más alta de todo el continente europeo.
"El partido mas afectado por este decrecimiento de la participación electoral es el M5E porque su base electoral son las clases populares y, según todos los estudios sociológicos, es esta franja social la que no está saliendo a votar", señaló Padoan.
Más allá de lo que suceda con Draghi en los próximos días o semanas, el horizonte político de cara a las elecciones generales de mayo de 2023 es preocupante: un centro desgastado que en el mejor de los casos llegará de pie a los comicios, un M5E que apela a sus raíces antisistema para volver a fortalecerse y una extrema derecha, Hermanos de Italia, que está cosechando los beneficios de no haberse sumado al Gobierno de unidad nacional que hoy tambalea.