(Agrega nuevos disturbios y otros datos)
Decenas de partidarios del poderoso clérigo Muqtada al Sadr irrumpieron hoy en el Palacio Republicano de Irak, un edificio ceremonial situado en la Zona Verde de Bagdad, luego de que el líder chiita anunciara su "retiro definitivo" de la política, en plena crisis institucional, tras lo cual se desataron incidentes que dejaron al menos 12 muertos y 270 heridos.
Los manifestantes ocuparon oficinas, sentándose en sillones o haciéndose selfies, y las fuerzas de seguridad intervinieron con bombas lacrimógenas para dispersarlos, informó una fuente no identificada a la agencia de noticias AFP.
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Doce partidarios de Sadr murieron y otros 270 resultaron heridos, dijeron fuentes médicas.
Pese al toque de queda decretado por el Ejército en Bagdad y luego en todo Irak, el caos seguía en la capital.
Al menos siete obuses de mortero cayeron esta noche en la Zona Verde de Bagdad que alberga ministerios y embajadas. Horas después aún se desconocía el origen del fuego.
Poco después se escucharon disparos en ese barrio del centro de la capital, bajo toque de queda al igual que el resto de Irak.
Por su parte, Estados Unidos calificó la situación de "preocupante" y pidió calma y diálogo.
En las entradas de la Zona Verde, un área considerada ultrasegura, se oyeron disparos que según testigos fueron entre sadristas y partidarios del Marco de Coordinación, un grupo político proiraní enfrentado a los partidarios de Sadr.
La misión de la ONU en Irak, que tiene la sede en la Zona Verde, pidió a los manifestantes que se retiraran e instaron a la "máxima moderación".
En tanto, la Unión Europea (UE) exhortó a las partes a actuar con "la máxima contención" para evitar una mayor escalada de las tensiones.
"Es clave que todos los actores eviten cualquier acción que pueda llevar a más violencia", reclamó el Servicio Europeo de Acción Exterior, en un comunicado en el que apeló al diálogo como "única vía para resolver las diferencias".
"La UE reitera su inquebrantable apoyo a la seguridad, la estabilidad y la soberanía de Irak", agregó la oficina que dirige Josep Borrell.
Tras la entrada de manifestantes en el Palacio de la República, el primer ministro Mustafa al-Kazimi suspendió el consejo de ministros "hasta nuevo aviso", y convocó a una reunión de seguridad de emergencia en la sede del comando militar.
El caos también se extendió a otras regiones iraquíes: en la provincia de Zi Qar (sur), los sadristas invadieron la sede de la gobernación y entraron en otros edificios oficiales en Nasiriya.
Lo mismo sucedió en Babilonia, en la ciudad de Hilla, y se cortaron varias rutas que unen Hilla con Bagdad y otras provincias del sur.
Frente a estos hechos, las autoridades dispusieron que mañana será día no laborable en Bagdad y en varias otras provincias, según un decreto gubernamental.
Sadr, un líder muy influyente e imprevisible, llevaba aumentando la presión en las últimas semanas y desde hace un mes sus partidarios acampan frente al parlamento e incluso bloquearon brevemente el acceso al máximo órgano judicial del país.
Durante casi un año, los principales líderes políticos no lograron ponerse de acuerdo para nombrar a un nuevo primer ministro en Irak, uno de los mayores productores de petróleo del mundo, que sigue sin gobierno ni presidente desde las elecciones legislativas de octubre de 2021.
En estos comicios Sadr quedó primero con 73 escaños (de 329) pero al no poder formar una mayoría hizo dimitir a sus diputados en junio, alegando querer "reformar" el sistema y acabar con la "corrupción".
Para salir de la crisis, Sadr y el Marco de Coordinación acordaron celebrar elecciones anticipadas pero el clérigo insiste en disolver primero el Parlamento mientras que sus rivales pretenden nombrar un nuevo Ejecutivo.
Sadr anunció hoy su "retirada definitiva" de la política y el cierre de varias instituciones vinculadas a su familia.
Según Hamzeh Hadad, investigador invitado del Consejo Europeo de Relaciones Internacionales (ECFR), el anuncio de Sadr "no está muy claro". "En la tradición sadrista, podemos esperar que dé marcha atrás", expresó.
El sábado, Sadr había dado 72 horas a "todos los partidos" presentes en el país desde la caída de Sadam Husein en 2003 -incluido el suyo propio- para renunciar a los cargos gubernamentales y dejar "espacio para las reformas".
La disputa entre los sadristas y el Marco de Coordinación no llegó de momento hasta enfrentamientos armados, pero el grupo Hashd al-Shaabi, formado por exparamilitares aliados de Irán e integrados en las fuerzas iraquíes, se declararon listos para "defender las instituciones del Estado".
Sadr, nacido en 1974, nunca gobernó. Tras la invasión de Irak, liderada por Estados Unidos en marzo de 2003 tuvo un ascenso político meteórico, gracias a la creación del llamado Ejército de al-Mahdi, una milicia de resistencia contra el ocupante.
Irak es un país multiconfesional en el que las mismas figuras dominan la vida pública desde 2003, cuando cayó el gobierno de Sadam Hussein.
Los iraquíes afirman que las luchas políticas internas no tienen nada que ver con sus luchas cotidianas.
Irak fue azotado por décadas de conflicto y una corrupción endémica.
Rico en petróleo pero con infraestructuras deterioradas, desempleo, cortes de electricidad y servicios públicos que se desmoronan, el país sufre ahora también una grave escasez de agua provocada por una sequía que causó estragos en amplias zonas del país.
Con información de Télam