A tan sólo horas de la tragedia por las inundaciones en Valencia, el Gobierno español catalogó al fenómeno meteorológico DANA como “el peor del siglo”. Van más de 70 muertos, hay decenas de personas desaparecidas y cientos de miles están incomunicadas en Valencia, ubicada al este del país, en la zona del litoral. Por el desastre –cuyas imágenes catastróficas se difundieron en redes sociales y medios de comunicación-, el Gobierno anunció tres días de luto oficial y que el presidente, Pedro Sánchez, viajará este jueves al lugar.
“Nuestra prioridad absoluta es ayudarlos, las autoridades públicas estamos trabajando de forma coordinada y vamos a poner todo lo que sea necesario para que podamos recuperarnos de esta tragedia. No los vamos a dejar solos”, dijo Sánchez en una conferencia de prensa, que se comprometió a entregar ayudas para la reconstrucción de las casas y de los pueblos.
El fenómeno es conocido como DANA, que es el acrónimo de “depresión aislada en niveles altos”, también conocido como “gota fría”. Cuando esto ocurre, quiere decir que bolsas de aire frío que se independizan en altura y cobran “vida propia” al chocar con el aire más cálido y húmedo del mar Mediterráneo. En ciertas ocasiones –aunque no siempre- puede llegar a provocar fuertes destrozos, como en este caso, que la Agencia Estatal de Meteorología (AMTE) calificó como “la más adversa del siglo”.
En ese mismo sentido, Sánchez alertó que la DANA continúa causando estragos y que hay alertas amarillas y naranjas en Andalucía, Comunidad Valenciana, Aragón, Castilla y León, Cataluña, Extremadura, La Rioja y Ceuta, por lo que pidió que se extremen las precauciones y las medidas de seguridad.Por su parte, en una comparecencia tras el comité de crisis del Gobierno, el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, se expidió en el mismo sentido: "El Gobierno de España está volcado en colaborar en todo lo que sea preciso con todas las instituciones, la más afectada por ser la comunidad con mayor impacto de la DANA, la Generalitat Valenciana, en todo lo que sea preciso".
También le envió un mensaje al líder opositor del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, a quien le solicitó que se sitúe "al lado de la solución del tremendo problema que están viviendo las familias que han perdido a un ser querido y de ayudar a las fuerzas y cuerpos de seguridad", según informó Europa Press.
Las víctimas
Según el Centro de Coordinación de Emergencias de la Generalitat Valenciana, ya son 73 las personas fallecidas, mientras las autoridades continúan el proceso de levantamiento e identificación de las víctimas. Desde última hora de este martes se activó el Procedimiento de Múltiples Víctimas, que está realizando los balances facilitados a través de la información recibida de los distintos cuerpos y fuerzas de seguridad y emergencias, según ha detallado.
Por su parte, el Instituto de Medicina Legal de Valencia activó nueve equipos forenses para que se desplacen a los lugares afectados por la DANA a fin de realizar los levantamientos de los cadáveres y realizar las reseñas pertinentes.
Un pueblo incomunicado
La geografía jugó a favor del pueblo conquense de Garaballa, cuyas calles empinadas han evitado las inundaciones en sus calles por los efectos del temporal que ha castigado especialmente a Cuenca y a la Comunidad Valenciana. Sin embargo, las lluvias dejaron a esta localidad sin su conexión directa a Valencia por carretera, debido a que el río Ojos de Moya se llevó el puente y los caminos que van a las huertas.
El alcalde de Garaballa, Juan Palomares, explicó a Europa Press que no hubo casas dañadas y que el principal problema será "los destrozos que hizo a la huerta y los árboles que arrancó". Desde su casa, el regidor observa una acequia "que no veía desbordarse desde que era niño" y apuntó que ahora ya bajó el nivel del río, "pero anoche el agua llegaba a la carretera".
Palomares recordó que en Garaballa estuvo lloviendo durante todo el día, "ni fuerte ni despacio", y cayeron 42 litros por metro cuadrado durante la mañana. Paró a las 14.00 horas y no cayó más agua hasta las 21.00 horas, cuando empezaron las tormentas más fuertes. "Aquello no era llover, era diluviar", relató el alcalde, que tiene en su casa un medidor de 50 litros por metro cuadrado que tuvo que rellenar tres veces hasta la 1.30 horas.
Con información de Europa Press