“Es una decisión soberana de la Argentina, no hay absolutamente nada que nosotros podamos cuestionar”, sostuvo el presidente del Paraguay, Santiago Peña, sobre el acuerdo que firmó la Argentina con el Gobierno estadounidense para que militares de ese país se instalen en la Hidrovía Paraná-Paraguay, una arteria de navegación estratégica en la subregión sudamericana. El curso de agua implica también a Bolivia, Uruguay y Brasil, por lo que Peña manifestó que, a su entender, la idea es sentarse los cinco “para visualizar una hidrovía mucho más moderna e integrada”
La noticia sobre el memorándum que firmó la Autoridad General de Puertos de Argentina se supo la semana pasada. El entendimiento habilita la llegada del Cuerpo de Ingenieros del Ejército estadounidense a una de las cuencas de agua dulce más grandes del planeta y una vía de navegación estratégica. Un hecho que el propio gobernador bonaerense, Axel Kicillof, cuestionó y denunció que “no se tramitó de acuerdo a los pasos formales que corresponden”.
Pero ese acuerdo no sólo tiene trascendencia en la interna local, sino también regional: lo que sucede en el curso de agua implica a los cinco países que limitan con argentina. En esa línea, es que opinó el presidente paraguayo, quien dijo que había tenido una actitud más reticente con las autoridades estadounidenses: “A nosotros también nos tocó tener conversaciones con el Gobierno americano, con el cuerpo de ingenieros de las Fuerzas Armadas que es un grupo que hoy administra la hidrovía del Misisipi, tienen una gran experiencia, y teníamos listo el año pasado para reenviar al Congreso, y yo decidí pedir que no se trate aún esto porque lo que quería es que haya una conversación amplia dentro de los cinco países que conforman la hidrovía y no que Paraguay avance de manera unilateral”, manifestó en lo que se entendió un dejo de molestia.
Peña sostuvo que podía seguir los pasos de Argentina, si hubiera querido: “No hay ninguna restricción y es lo que está haciendo Argentina; en el caso de Argentina, ellos tenían ya hace varios años con mucha preocupación de nosotros una fuerte influencia de empresas de origen chino operando en la hidrovía en el sector de ellos”, explicó y celebró las conversaciones con el Gobierno estadounidense, sobre las que consideró que “puede sumar muchísimo para la región”, pero no dejó de lado que insistirá en la comunicación con Luis Arce, de Bolivia; Luis Lacalle Pou, de Uruguay; y Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil.
"Pero mi conversación tanto con el presidente Lula, como con el presidente Milei, y también Lacalle y Arce, porque esto también le afecta a Bolivia, es que podamos sentarnos entre los cinco países y podamos y visualizar una hidrovía mucho más moderna e integrada que nos permita aumentar de manera importante la carga que tiene la hidrovía para que genere más trabajo para los paraguayos", aclaró.