Ucrania comenzó a jugar a dos puntas. Más allá de sus pedidos reiterados para entrar a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y de sus reclamos para la provisión de armamentos de manera constante, un posible triunfo del republicano Donald Trump -que dijo que cancelaría el apoyo- en las elecciones de Estados Unidos parecieran ser uno de los grandes condicionantes para que se empezaran a mover. El primer paso lo dio en nombre del país el canciller, Dimitro Kuleba, que viajó a China para reunirse con su par Wang Yi, de quien obtuvo el espaldarazo para el comienzo de las negociaciones con Rusia y, de una vez, ponerle fin a la guerra.
"El tema principal del debate fue la búsqueda de formas de detener la agresión rusa y el posible papel de China en el logro de una paz duradera y justa", reconoció en un comunicado Ucrania, al cabo de la visita de dos días al gigante asiático por primera vez desde que comenzó la guerra hace más de dos años y medio. Allí, además, aclaró que “una paz justa en Ucrania está en los intereses estratégicos de China".
"La agresión rusa no sólo es un obstáculo para el desarrollo de Ucrania, sino que también obstaculiza la estabilidad internacional, el desarrollo de las relaciones de buena vecindad y, en particular, el desarrollo del comercio entre China y Europa", señalaron, mientras que los aliados europeos, sobre todo, insisten en que la única forma de derrotar a Rusia es con sanciones y por las armas.
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Ante el riesgo de que el Trump gane las elecciones presidenciales estadounidenses el 5 de noviembre y cumpla su promesa de desentenderse del conflicto ucraniano, Ucrania recurrió a China, el primer país que presentó un plan de paz, a pocos meses de comenzada la invasión rusa. Plan de paz que fue desde un principio desdeñado por los aliados occidentales de Kiev.
La solución del conflicto entre Moscú y Kiev "se debe conseguir por medios políticos", resaltó el jefe de la diplomacia china, por su parte. No obstante, Wang reconoció que “las condiciones y el momento no son aún los adecuados”, así como advirtió que “los riesgos de recrudecimiento y contagio” que esta guerra puede derivar en otra crisis.
La posición rusa
A poco de que se diera a conocer el comunicado ucraniano, el Kremlin sostuvo que está abierto a negociar el fin del conflicto mientras el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, siga en el poder, a pesar de que públicamente se duda de su legitimidad para gobernar, dado que su mandato de cinco años expiró en mayo y que debería haber convocado elecciones.
"En general, Rusia está abierta a un proceso de negociación. Pero primero tenemos que entender hasta qué punto la parte ucraniana está preparada para ello y hasta qué punto la parte ucraniana tiene permiso para ello por parte de sus responsables", dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, durante una conferencia de prensa, reportó Reuters.
"La cuestión no es fácil. Desde un punto de vista jurídico, este problema (el de su legitimidad) está en el orden del día, pero desde un punto de vista práctico estamos abiertos a alcanzar nuestros objetivos mediante negociaciones. Por tanto, aquí caben diferentes opciones", cerró.