El canciller ucraniano, Dmytro Kuleba, pidió este lunes a sus pares de la Unión Europea (UE) que no cedan ante las presiones rusas luego que las potencias occidentales comenzaron a discutir posibles flexibilizaciones a las sanciones contra Moscú para contener la actual crisis energética, alimentaria e inflacionaria. El bloque no se abrió a discutir las medidas excepcionales que analiza junto a Estados Unidos, pero sí le respondió a Kiev con nuevas sanciones contra 48 ciudadanos y nueva organizaciones de Rusia y un nuevo envío de armas por 500 millones de euros, lo que eleva el total hasta ahora a 2.500 millones.
"Retroceder y doblegarse a sus exigencias no funcionará, nunca ha funcionado. Es una trampa", advirtió Kuleba, en un discurso ante los cancilleres de los países miembro de la UE en Bruselas. Para el canciller ucraniano, "el verdadero objetivo de Putin es el empobrecimiento de Europa" y "poner a la opinión pública en contra de los Gobiernos de turno, con la esperanza de reemplazarlos con fuerzas radicales que serían más favorables a Rusia", según señaló, citado por la agencia de noticias AFP.
"El plan de Putin pasa no sólo por destruir a mi país, sino sumergir a toda Europa en una crisis. Ya se puede ver cómo utiliza la más mínima dependencia de Europa hacia Rusia para alcanzar sus objetivos", precisó Kuleba."Si Rusia siente debilidad ahora (en el campo europeo), las consecuencias serán mucho peores de lo que estamos viendo en la actualidad", y dijo estar "seguro de que en las próximas semanas otras voces cercanas al Kremlin instarán a la opinión pública a darle a Putin lo que quiere para que deje en paz a Europa".
El pedido del canciller ucraniano coincide con un momento político muy delicado en Europa, en el que las consecuencias económicas de las sanciones contra Rusia están empezando a sentirse con fuerza y hasta amenazar con una recesión el segundo semestre o el próximo año. En los últimos días, Canadá aprobó una excepción a las sanciones para permitir que Siemens entregue una turbina de un gasoducto que estaba arreglando para el gigante ruso Gazprom y Estados Unidos ya analiza como sortear las sanciones para garantizar que Moscú siga exportando petróleo, pero con un precio controlado.
En este contexto de inflación récord en Europa y ante el temor de una crisis energética el próximo invierno, el primer ministro de Hungría, Viktor Orban, sacudió el tablero político del bloque al afirmar el viernes pasado- que las sanciones contra Rusia fueron "un error" y "no han conseguido sus objetivos". En cambio, sostuvo, están asfixiando la economía europea.
Las autoridades de la UE niegan esta causalidad, sin embargo, el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, negó en la cumbre de este lunes en Bruselas que el embargo parcial de la UE al petróleo ruso haya empujado los precios al alza: "Los precios de petróleo están ahora en el mismo nivel que antes de la guerra (en Ucrania), en el mismo nivel que en febrero."
Lejos de comprometerse a mantener sin fisuras las sanciones comerciales y financieras más importantes, los ministros de Relaciones Exteriores del bloque buscaron expresar su apoyo a Ucrania con nuevas sanciones dirigidas a personas y organizaciones rusas y, principalmente un embargo a la compra de oro a Rusia, una medida considerada secundaria en el esquema actual.
Desde el inicio del conflicto, las potencias occidentales acordaron un inédito paquete de sanciones contra Rusia para asfixiar su economía, en represalia por la invasión lanzada contra Ucrania, además de proporcionar ayuda en armas, donaciones y ayuda humanitaria a Kiev. El Kremlin reiteró en varias ocasiones que los suministros de las armas occidentales solo "echan leña al fuego" del conflicto y no contribuyen a reanudar las conversaciones entre Rusia y Ucrania para buscar una paz negociada.
Con información de Télam