Pese a los esfuerzos de la ONU, Turquía y de varios países africanos liderados por Sudáfrica, Rusia y Ucrania no pudieron ponerse de acuerdo este lunes y se venció el acuerdo que habían firmado hace un año para permitir la cosecha y exportación de granos desde los puertos ucranianos y pese a los constantes bombardeos y combates. "El acuerdo del mar Negro ha terminado de facto hoy", aseguró a la prensa el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov. "Tan pronto como la parte relativa a Rusia esté satisfecha, el país volverá inmediatamente al acuerdo sobre los cereales", agregó, en referencia a sus constantes denuncias de que las sanciones de las potencias occidentales contra la exportaciones de sus fertilizantes nunca fueron del todo levantadas.
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, en tanto, aseguró que está dispuesto a continuar con el acuerdo de exportaciones de granos a través de sus puertos en el mar Negro. "Incluso sin Rusia, se debe hacer todo lo posible para que podamos utilizar ese corredor (para las exportaciones) en el mar Negro. No tenemos miedo", dijo Zelensky, según declaraciones compartidas por su vocero Serguei Nikiforov en Facebook. No obstante, ninguna de las partes que participaron del acuerdo -Turquía y la ONU como facilitadores, y luego la misión africana con Sudáfrica a la cabeza, como defensores de una tercera prórroga- se declararon abiertos a la posibilidad de seguir comerciando sin la participación explícita de Rusia, país que desde febrero de 2022 ocupa gran parte del este y sur ucranianos, justamente en regiones aledañas a estos puertos.
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El acuerdo
Firmado en julio de 2022 en Estambul y ya prorrogado en dos ocasiones, el acuerdo mediado por Turquía y Naciones Unidas permitió sacar cerca de 33 millones de toneladas de cereales de los puertos ucranianos, a pesar del conflicto. El acuerdo alivió los temores a una crisis alimentaria mundial y permitió exportar más de 32 millones de toneladas de grano ucraniano.
Los principales beneficiados fueron China, España y Turquía, y varios países africanos que, pese a recibir una cantidad de granos muy inferior a los primeros tres, dependen más que ellos de esas importaciones.
Sin embargo, Moscú lleva varias semanas amenazando con no prorrogarlo, quejándose de los obstáculos a sus propias entregas de productos agrícolas y de fertilizantes, y asegurando que no se cumple el objetivo declarado del acuerdo de permitir la entrega de cereales a los países pobres. Además, la decisión del Gobierno de Vladimir Putin se conoció poco después de que drones navales atacaran el puente que une Rusia con la península anexada de Crimea, clave para abastecer a los soldados rusos en Ucrania. Rusia dijo que la caída del acuerdo comercial no tenía nada que ver con este ataque.
Las negociaciones no se agotaron
Tras el anuncio de Rusia, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan volvió a asegurar que Putin quiere "continuar con el acuerdo" sobre los cereales ucranianos. "Creo que, a pesar de la declaración de hoy, mi amigo Putin quiere continuar con el acuerdo humanitario" que permite la exportación de cereales de Ucrania a través del mar Negro, que expira esta medianoche, insistió Erdogan, quien recibirá a su par ruso en agosto y, según adelantó tendrán "la oportunidad de volver a debatir todas estas cuestiones".
"Quizás hasta entonces, para hacer avanzar las cosas, podamos tomar medidas por teléfono sin esperar al mes de agosto", destacó.
El optimismo de Erdogan no fue compartido por sus socios de la OTAN, que encabezan la ofensiva internacional contra Rusia y su invasión a Ucrania. Es un "acto de crueldad", dijo Linda Thomas-Greenfield, la embajadora de Estados Unidos ante la ONU y acusó a Moscú de mantener a la "humanidad como rehén". Alemania y Reino Unido criticaron también a Moscú y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, calificó la decisión de "cínica".
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, por su parte, no apuntó tan crudamente contra Rusia pero sí advirtió que millones de personas van a "pagar el precio" de esta decisión, que según él, "afectará a las personas más pobres en todo el mundo". "Centenares de millones de personas se enfrentan al hambre y los consumidores se verán confrontados a una crisis mundial por el coste de la vida. Ellos van a pagar el precio", declaró a la prensa.
Ucrania y Rusia producen en conjunto un tercio del trigo mundial y sus exportaciones son claves también en productos como el maíz y aceite de girasol, por lo que el bloqueo a las exportaciones por la guerra afectó la seguridad alimentaria, especialmente de países en vías de desarrollo. Desde el 27 de junio no se ha aprobado la participación de nuevos buques para exportar granos, informó en un comunicado el Centro de Coordinación Conjunta (CCC), que supervisa el acuerdo.
Con información de Télam