El presidente ruso, Vladimir Putin, habló este jueves sobre la muerte del jefe de la empresa de mercenarios Wagner esta semana cuando su avión se estrelló al norte de Moscú y destacó "la contribución" que hizo al pelear junto con el Ejército ruso en la vecina Ucrania, aunque también reconoció "sus errores", en referencia clara al intento de levantamiento militar que lideró contra el Kremlin a finales de junio pasado.
El mandatario prometió investigar "a fondo" la caída del jet privado, en el que viajaba su ex hombre de confianza, Yevgueni Prigozhin, otros seis pasajeros y tres tripulantes. La única información oficial, por ahora, es que la nave viajaba de la capital rusa a la ciudad de San Petersburgo y que se estrelló poco después de salir. Pese a que circularon rumores y denuncias de que el avión había sido derribado por la defensa aérea de Rusia, aún nadie presentó una prueba al respecto y este jueves el Pentágono afirmó que no tiene indicios de que haya sido un ataque.
En medio del clima de sorpresa que dejó la noticia el miércoles, Putin se refirió al tema en Rusia, al día siguiente. Prigozhin era "un hombre con un destino complicado, que cometió graves errores en su vida, pero que obtenía los resultados que se proponía", afirmó el mandatario en una reunión transmitida por televisión, en la cual le transmitió también su pésame a los familiares del resto de las víctimas del accidente aéreo.
Autoridades de Rusia informaron el miércoles que en total había 10 personas en el jet privado y todas fallecieron. En la lista de siete pasajeros, se destacan el nombre de Prigozhin y de uno de sus colaboradores más cercanos Dmitri Utkin.
Putin y Prigozhin, una relación complicada
"Se trata de personas que hicieron aportes significativos a nuestro esfuerzo conjunto" en Ucrania, dijo Putin, en referencia a la invasión que su Gobierno lanzó en febrero del año pasado y que continúa hoy día. Los mercenarios de Wagner se volvieron muy protagónicos en algunas de las batallas más importantes de los últimos meses y, cuanto más crecía su rol y sus victorias militares, más subía el tono desafiante de Prigozhin frente, especialmente, al comando mayor de las Fuerzas Armadas rusas, al que criticaban por ineficientes.
En este contexto es que Prigozhin lideró a miles de sus mercenarios hacia territorio ruso a finales de junio pasado, tomó una importante ciudad del Sur y otras localidades y avanzó hasta llegar a unos 200 kilómetros de Moscú. Frenó solo, no hubo combates. Con la misma sorpresa con que el intento del levantamiento militar comenzó, terminó. El jefe mercenario contó que habló con el presidente de la vecina Bielorrusia y decidió desistir y replegarse.
En medio de ese tenso sábado, Putin lo tildó de "traidor" a la patria, pero aceptó la salida negociada de Prigozhin del país y, desde entonces, el vínculo entre los dos quedó en un limbo poco claro. Comenzaron los rumores que el jefe mercenario había vuelto a Rusia, luego el propio Gobierno ruso ratificó que Wagner seguiría operando en Siria y países africanos y, ahora, con su muerte, queda confirmado que Prigozhin podía ingresar a territorio ruso.
"Veremos lo que dirán los investigadores en un futuro cercano. La pericia se está realizando, una pericia técnica y genética. llevará un tiempo", dijo Putin sobre la investigación que comienza ahora.