Rusia disparó este jueves otra ráfaga de misiles contra Ucrania que causó al menos 11 muertos y cortes de electricidad en varias regiones del país, al día siguiente de que los aliados de Kiev anunciaran el envío de tanques pesados para resistir la invasión rusa. Para Moscú, este envío de armamento significa una "implicación directa" de Occidente en la guerra.
Mientras Rusia informó que intensificó sus combates en varias zonas de la región de la provincia de Donetsk, uno de los territorios anexados en el este de Ucrania, el Gobierno ucraniano denunció que las fuerzas rusas lanzó decenas de misiles y drones, principalmente contra las instalaciones energéticas ucranianas.
En medio de esta renovación de los ataques y combates, el Ejército ucraniano dijo que derribó 47 de un total de 55 misiles disparados por Rusia, 20 de ellos en las inmediaciones de Kiev, así como 24 drones Shahed de fabricación iraní. Además, el vocero de los servicios del Servicio de Emergencias Estatal de Ucrania, Oleksandr Khorunzhyi, dijo en declaraciones televisivas que al menos 11 personas murieron por estos bombardeos en varias provincias del país.
En paralelo, el alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, informó de un muerto y dos heridos en la capital. La víctima era "un hombre de 55 años" que falleció por causa de la caída de fragmentos de un misil que había sido derribado. Y, asimismo, otras tres personas fallecieron en un ataque con misiles rusos en la provincia sureña de Zaporiyia, informaron las autoridades locales ucranianas de esta región, ocupada en parte por las fuerzas rusas, informó la agencia de noticias Europa Press.
El ataque, cometido en la madrugada con misiles de un sistema de defensa S-300 ruso contra infraestructura "de vital importancia", provocó también un incendio en la zona, que fue objeto de un nuevo bombardeo en la mañana, mientras se realizaban labores de búsqueda y rescate, agregaron las autoridades. Por precaución, Kiev, su región y otras dos más llevaron a cabo cortes de electricidad "de emergencia" para "evitar daños importantes a las infraestructuras eléctricas si los misiles del enemigo alcanzan su objetivo", informó el operador privado de electricidad DTEK.
Para el ministro de Energía ucraniano, Guerman Galushchenko, Rusia intenta causar "un fallo sistémico" en la red nacional. Sin embargo, el primer ministro, Denys Shmygal, afirmó que "la situación sigue bajo control".
Los últimos ataques masivos rusos contra infraestructuras energéticas habían sido el 14 de enero. Tras varios reveses militares en el terreno a mediados del año pasado, el Kremlin cambió de estrategia y empezó en octubre a atacar los transformadores y las centrales eléctricas de Ucrania. Desde entonces, los cortes eléctricos se multiplicaron en el país y dejaron a millones de civiles ucranianos sin agua potable ni calefacción, en época de invierno.
Este nuevo ataque masivo ocurre al día siguiente de que Estados Unidos y Alemania autorizaran el envío a Ucrania de decenas de vehículos de combate pesados, una decisión inédita en los 11 meses de guerra. Estados Unidos enviará 31 tanques Abrams y Alemania 14 Leopard 2. El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, agradeció a sus aliados el suministro de este equipo, reclamado por Kiev desde hacía meses. Es "un paso importante en el camino hacia la victoria", dijo este miércoles el mandatario, con la guerra en su mes número 12.
"La clave ahora es la celeridad y el volumen" en la entrega de los tanques, agregó Zelensky. El Gobierno de Ucrania estima que necesita varios cientos de tanques para derrotar al Ejército ruso en el este y el sur del país.
Alemania precisó este jueves que prevé entregar los tanques Leopard 2 "a fines de marzo, inicios de abril", según declaró el ministro de Defensa, Boris Pistorius, que el miércoles ya había hablado de por lo menos tres meses para la llegada de los tanques a Ucrania. Estas entregas y la ayuda militar "no es una amenaza ofensiva para Rusia", había indicado el presidente estadounidense, Joe Biden.
Pero para el Kremlin se trata de una "implicación directa" de los países de Occidente, unidos detrás de Kiev para debilitar a Rusia, que invadió Ucrania en febrero de 2022. "En Moscú, consideramos esto como una implicación directa en el conflicto, y vemos que (esta implicación) crece", afirmó Dmitri Peskov, el portavoz del presidente Vladimir Putin. Y poco después, la viceministra de Defensa ucraniana, Ganna Maliar, denunció que las fuerzas rusas comenzaban a "intensificar" sus ataques.
Con información de Télam