Rusia apuntó con dureza este lunes a todos aquellos países que en los últimos días acordaron enviar armas a Ucrania y advirtió: "Prolongarán el sufrimiento". También denunciaron que el envío de mayor armamento "no cambiará" la correlación de fuerzas.
La semana pasada, Estados Unidos anunció una nueva ayuda militar para Ucrania, evaluada en más de 3.000 millones de dólares, con 50 blindados de infantería Bradley y decenas de vehículos blindados de otro tipo. Alemania indicó que suministrará 40 blindados ligeros "Marder" a Kiev, destinados al transporte de tropas, y una batería de defensa antiaérea Patriot. Francia, por su parte, anunció que enviará carros de combate ligeros AMX-10 RC pero no precisó cuántos.
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"Los acontecimientos en Ucrania no son un enfrentamiento entre Moscú y Kiev, sino que es un enfrentamiento militar de la OTAN, y sobre todo Estados Unidos y Reino Unido, contra Rusia", opinó el secretario del Consejo de Seguridad ruso, Nikolai Patrushev. El responsable de la Seguridad Nacional rusa acusó a los líderes de la Alianza Atlántica de "temer el contacto directo" con Rusia y que por ello están utilizando a los ucranianos, a quienes llevan "a una muerte segura".
Además denunció: "En aras de sus ambiciones, occidente prácticamente está destruyendo al pueblo ucraniano, obligando a la población activa a morir en el campo de batalla y llevando al resto de la población a la pobreza".
Apoyo internacional a Ucrania
Desde que comenzó la ofensiva rusa en Ucrania, el 24 de febrero de 2022, los países occidentales que apoyan a Kiev brindaron apoyo financiero y militar, sobre todo suministrando cañones. Las autoridades ucranianas solicitaron tanques pesados que podrían ser utilizados en fases de asalto, pero hasta la fecha sus aliados se los negaron temiendo que estos puedan derivar en una escalada con Moscú.
En tanto, el papa Francisco volvió a pedir una "reforma de los organismos multilaterales" que, según el sumo pontífice necesitan "un replanteamiento profundo". En su tradicional saludo anual a los embajadores ante el Vaticano, Francisco hizo una nueva condena al "reguero de muerte y destrucción" provocado por la guerra en Ucrania.
"Esto exige una reforma de los organismos que hacen posible su funcionamiento, para que sean realmente representativos de las necesidades y de las sensibilidades de todos los pueblos, evitando mecanismos que den mayor peso a algunos, en detrimento de otros. Por consiguiente, no se trata de construir bloques de alianzas, sino de crear oportunidades para que todos puedan dialogar", desarrolló el sumo pontífice.
"No estamos en guerra con Ucrania porque, por definición, no podemos tener odio hacia los ucranianos comunes", insistió Patrushev.
Con información de Télam