El gigante del gas ruso Gazprom advirtió este miércoles que no puede garantizar el buen funcionamiento del gasoducto Nord Stream 1, que abastece a Europa. En medio de los temores de los países europeos a que Moscú interrumpa de forma duradera sus entregas por las tensiones por la guerra en Ucrania, desde la operadora informaron que necesita de una turbina que está siendo reparada en Canadá.
“Actualmente, el funcionamiento del gasoducto se encuentra interrumpido, en principio por diez días, debido a operaciones de mantenimiento”, explicó el gigante gasífero.
Antes de que el Nord Stream 1, el gasoducto tendido por el fondo del mar Báltico, dejara de funcionar a las 07.00 hora de Moscú (04.00 GMT), Rusia había ya disminuido fuertemente su suministro en las últimas semanas y opera al 40 por ciento, argumentando que la merma se debía a la falta de turbinas alemanas Siemens, necesarias para que puedan funcionar las estaciones de compresión del gasoducto. Una fue enviada a Canadá para su reparación y no pudo ser enviada de vuelta a Rusia por las sanciones internacionales contra Moscú.
Rusia, además, anunció en junio pasado dos reducciones consecutivas de los suministros de gas a través del Nord Stream, que suma a la del 40 por ciento, otra del 33 por ciento, justamente por no contar con las turbinas.
"Gazprom no está en posesión de ningún documento que permita que Siemens saque de Canadá el motor de turbina de gas" que Ottawa, sin embargo, afirma querer devolver a Alemania, declaró la empresa rusa en un comunicado citado por la agencia de noticias AFP. Por lo tanto, "en estas condiciones, no es posible sacar ninguna conclusión objetiva sobre el desarrollo de la situación en cuanto a la seguridad y el funcionamiento seguro" del gasoducto, añadió el grupo.
Por su parte, desde Canadá el sábado pasado había anunciado que devolvería a Alemania la turbina destinada al Nord Stream 1, pese a las sanciones impuestas contra Moscú y los llamados de Ucrania a no "someterse al chantaje del Kremlin". La decisión la justificó sosteniendo que no desea aumentar el riesgo de crisis energética en Europa, un continente que depende fuertemente de Rusia para su abastecimiento de gas.
Desde el inicio de la guerra ruso-ucraniana, Alemania cerró otro gasoducto ruso que debía entrar en funcionamiento, el Nord Stream 2, y se esfuerza por reducir su dependencia: el 35% de las importaciones alemanas de energía provienen de Rusia, cuando antes de la guerra era un 55%, en un país donde más del 50% de la calefacción hogareña se basa en el gas.
Según la página web de Nord Stream, el gas que llega a Alemania, a la localidad de Lubmin, se transporta también a Bélgica, Dinamarca, Francia, Reino Unido, Países Bajos "y otros países", por lo que una interrupción prolongada agravaría la crisis energética que ya atraviesa Europa, con precios en alza y el temor al desabastecimiento en el invierno.
Con información de Télam