Después de cinco días de intentos infructuosos, finalmente este miércoles algunos corredores humanitarios pudieron establecerse con éxito para permitir la evacuación de miles de ucranianos de las zonas más calientes de la guerra, aunque el gobierno de Ucrania acusó a Rusia de no aplicar la tregua que prometió en todas las ciudades atacadas e, incluso, de bombardear un hospital de la asediada Mariupol que posee una maternidad y donde los heridos suman al menos 17.
"Hasta ahora son 17 los miembros del personal del hospital que resultaron heridos. Ningún niño fue herido", informó Pavlo Kyrylenko, jefe de la administración militar de Donetsk, una de las dos provincias que hace ocho años vive un conflicto separatista con milicias pro rusas y que ahora quedó en el centro de la invasión rusa que comenzó dos semanas atrás. Fotógrafos internacionales mostraron cómo los rescatistas sacaron en camillas o a pie a mujeres con embarazos avanzados y otras con bebés en brazos, todas manchadas con la mezcla de sangre y polvo que suele tiñer todo después de un bombardeo aéreo contra un edificio civil.
"Es una atrocidad. ¿Cuánto más el mundo será cómplice e ignorará este terror?", reclamó en un nuevo mensaje el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, y volvió a pedir que sus aliados occidentales impongan una zona de exclusión aérea, una medida que implicaría su participación militar directa en el conflicto. Tanto Estados Unidos como Reino Unido, las dos potencias que más presionan en la reacción contra Rusia volvieron a aclarar que no tomarán este paso.
El ataque contra el hospital en Mariupol -algo prohibido por el derecho humanitario y, por lo tanto, un crimen de guerra- no es una excepción. El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, denunció este miércoles en conferencia de prensa que al menos diez trabajadores sanitarios ya murieron y 16 resultaron heridos en 18 ataques contra instalaciones médicas durante esta guerra.
Hace tiempo que las autoridades ucranianas denuncias que Mariupol está bajo ataque, bloqueada, casi sin luz ni agua. La Cruz Roja Internacional, presente en la ciudad portuaria del sureste del país, también ha alertado sobre la situación humanitaria. El canciller ucraniano, Dmytro Kuleba, acusó este miércoles a las fuerzas rusas de mantener como rehenes a los 400.000 habitantes de la estratégica urbe, ubicada sobre las costas del Mar Azov, no muy lejos de la frontera con Rusia y del frente de batalla que desde 2014 mantuvo el Ejército con milicias pro rusas.
Corredores humanitarios y evacuaciones
Mientras la guerra se ensaña sobre esta ciudad, el gobierno ucraniano informó que los corredores humanitarios prometidos por Rusia sí se cumplieron en las ciudades de Sumy -en el este, cerca de la frontera con Rusia- y Enerhodar -al norte de Mariupol. El asesor del Ministerio del Interior Vadym Denysenko explicó en una entrevista televisiva que las treguas anunciadas por Moscú, en cambio, no se cumplieron en Mariupol, en Jarkov -cerca de Sumy- y en la región de Kiev, es decir, de los alrededores de la capital, según la cadena Al Jazeera.
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Desde el sábado, ambas lados prometen trabajar para permitir la evacuación de cientos de miles de civiles y luego anuncian que estos intentos fracasaron y se acusan mutuamente. Además, Rusia pide que se abran corredores humanitarios hacia Rusia, lo que fue calificado como "absurdo" por Estados Unidos ya que, sostiene que la mayoría de los civiles que quieren escapar quieren hacerlo de los bombardeos y ataques de las fuerzas rusas.
Por ahora las cifras le dan la razón. El martes, la agencia de la ONU encargada de los refugiados, la Acnur, informó que ya más de dos millones de personas habían escapado de Ucrania y casi su totalidad lo hicieron por la región occidental del país, es decir, la frontera contraria a Rusia. Los refugiados están atravesando las fronteras con Polonia, Rumania y, en menor medida, Moldavia, y desde los primeros dos territorios muchos continúan hacia otros miembros de la Unión Europea.
En paralelo, Rusia anunció este miércoles que evacuó a más de 5.000 personas de lo que considera "zonas peligrosas" de Ucrania y de las dos regiones separatistas del este del país -que Moscú reconoció como independientes justo antes de la invasión- en las últimas 24 horas. "Sin la participación de la parte ucraniana, durante la pasada jornada, de las zonas peligrosas de varias regiones de Ucrania, así como de las repúblicas populares de Lugansk y Donetsk fueron evacuadas 5.460 personas, de ellas 1.125 niños", aseguró el jefe del Centro Nacional de Gestión de Defensa ruso, Mijail Mizintsev, citado por la agencia de noticias rusa Sputnik.
En total, desde la invasión rusa a Ucrania, Moscú informó de más de 179.000 personas, entre ellas 45.436 niños, evacuadas hacia su territorio.
El diálogo sigue
Aunque el frente militar no deja muchas señales esperanzadoras, en el frente diplomáticas tanto Ucrania y Rusia dieron a entender que seguirán dialogando.
"Por la noche nuestra delegación de Bielorrusia regresó de las negociaciones, escucharé su informe. Nos prepararemos para las próximas rondas de negociaciones. En aras de Ucrania, en aras de la paz", aseguró este miércoles el presidente Zelensky, mientras que el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo: "Rusia mantiene su interés en continuar las negociaciones. La posición rusa es muy clara, fue formulada y presentada a los negociadores ucranianos. Estamos interesados en celebrar nuevas rondas tan pronto como los negociadores ucranianos estén listos para hacerlo."
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Las tres rondas del diálogo hasta ahora se realizaron en Bielorrusia, un país vecino de los dos y férreo aliado de Moscú donde se negoció durante los últimos ocho años las treguas en las regiones separatistas ucranianas. Sin embargo, mañana se abre un nuevo capítulo en este proceso. El gobierno turco informó hace unos días que los cancilleres de Rusia, Sergei Lavrov, y su par ucraniano, Kuleba, se reunirán en ese tercer país con su par turco, Mevlut Cavusoglu, como anfitrión. Uno de los rumores que corrían por las últimas horas, es que este encuentro -el de mayor nivel desde que comenzó la guerra- podría establecer la agenda para la cuarta ronda en Bielorrusia.
La otra "guerra", la económica
Cuando el gobierno ucraniano acusaba a sus pares en Rusia de no cumplir con su palabra de mantener un alto el fuego para permitir evacuaciones masivas en las ciudades y zonas más golpeadas, el vocero del presidente Vladimir Putin, Dimitri Peskov, lanzaba una acusación propia pero a uno de los principales aliados de Kiev, Washington. "Estados Unidos declaró la guerra económica a Rusia y está librando esa guerra", aseguró en una conferenciade prensa y adelantó que su gobierno priorizará los intereses nacionales para derrotar a los estadounidenses en la guerra económica.
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Con esta declaración justificó la batería de medidas que Moscú anuncia todos los días desde hace una semana, principalmente el cepo financiero, cambiario y a las exportaciones, para enfrentar la lluvia de sanciones que ha impuesto no solo Estados Unidos, sino también la Unión Europea, Reino Unido y otros aliados como Canadá y Japón. Los principales afectados, por ahora, son los bancos, las empresas estatales y la élite política y empresarial rusa.