El primer ministro británico, Boris Johnson, enfrenta una fuerte crisis política en medio de varios escándalos como el "Partygate", en el que se lo acusa de participar de fiestas durante el aislamiento estricto por la pandemia del coronavirus, o también por encubrir al legisador Chris Pincher, acusado de acoso sexual. Ahora, ya suman más de 30 las renuncias por parte de funcionarios de su Gobierno. Algunos cuestionaron si Johnson podría llenar esas vacantes en un momento en que el Gobierno necesita abordar una crisis del costo de vida y apoyar una economía que se dirige hacia una desaceleración.
Ya entrada la noche en Londres, la novela política del Gobierno tuvo su último capítulo cuando el premier echó al secretario de Cohesión Territorial, Vivienda y Comunidades, Michael Gove, quien solo horas antes había pedido públicamente la cabeza de Boris y un cambio de Ejecutivo. Según la cadena BBC, desde la oficina del primer ministro, calificaron a Gove como "una serpiente".
Johnson había recibido ayer martes el primero de una serie de duros golpes de las últimas 24 horas. Dos de sus principales secretarios -como se conoce a los ministros en Reino Unido- renunciaron a su cargo. Las salidas comenzaron con la salida del secretario de Salud, Sajid Javid y también del canciller Rishi Sunak. Ambos anunciaron su renuncia en cartas publicadas en Twitter en donde afirmaron que no podían seguir trabajando para un Gobierno sumido en el escándalo.
La controversia más inmediata a la que se enfrenta Johnson es la gestión de Downing Street de la dimisión, la semana pasada, del vicejefe de la bancada, Chris Pincher, que renunció a su cargo el jueves pasado en medio de las acusaciones de que había manoseado a dos invitados en una cena privada la noche anterior. Aunque no admitió directamente las acusaciones, Pincher dijo en una carta a Johnson: "Anoche bebí demasiado" y "me avergoncé a mí mismo y a otras personas".
Johnson reconoció que debería haber despedido a Pincher al ser informado sobre las denuncias en su contra cuando era titular del Ministerio de Relaciones Exteriores en 2019, pero, en cambio, el premier lo nombró para otros cargos gubernamentales. "Creo que fue un error y me disculpo por ello", dijo cuando se le preguntó sobre el caso.
Boris Johnson negó que fuera a renunciar
Pese a la crisis de su Gobierno, Boris afirmó este miércoles en el Parlamento que su intención es "seguir" al frente del Ejecutivo. "La tarea de un primer ministro en circunstancias difíciles, cuando se ha recibido un mandato colosal, es seguir adelante, y eso es lo que voy a hacer", dijo el premier conservador ante el Parlamento.
El primer ministro respondió a las preguntas sobre si renunciaría con las palabras: "No, no, no".
De todas formas, el destino inmediato de Johnson podría decidirse el miércoles en una reunión del llamado Comité 1922 que establece las reglas para los votos de confianza de liderazgo ya que el premier sobrevivió a uno de estos votos hace solo unas semanas y, legalmente, no puede someterse a uno nuevo durante un año. Sin embargo, este comité puede decidir cambiar la norma y habilitar otro voto de confianza de inmediato. Ante esta posibilidad, un vocero del Gobierno adelantó que Johnson confía en que ganaría una moción de confianza.