El Ejército de Myanmar (la antigua Birmania) llevó a cabo un golpe de Estado y declaró el estado de emergencia y tomó durante un año el control político del país tras detener a varios miembros del Gobierno, incluida a la líder birmana y Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi.
El golpe militar se produjo el día que debía celebrarse la primera sesión del nuevo Parlamento surgido de las elecciones de noviembre, en las que el partido de Suu Kyi logró una victoria aplastante. Era la primera vez que una mujer asumía la presidencia del país.
El hasta ahora vicepresidente, Myint Swe, nombrado en el cargo por los militares gracias a la potestad que les reserva la actual Constitución, asumió la presidencia interina y le cedió todos los poderes al jefe de las Fuerzas Armadas, Min Aung Hlaing, según informó el canal Myawaddy News y reprodujeron medios europeos.
Según trascendió, los militares justificaron el golpe por un supuesto fraude en las elecciones del pasado noviembre y aseguraron que la Comisión Electoral había sido "incapaz de resolver el problema". La toma del poder se produjo horas después de la detención de la líder de facto del país asiático, consejera de Estado y Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, y del hasta hoy presidente birmano, Win Myint, además de varios ministros y dirigentes del partido gubernamental Liga Nacional para la Democracia (LND).
El Parlamento de Birmania tenía previsto celebrar este lunes la primera sesión de la legislatura tras las elecciones de noviembre de 2020, en las que la LND, formación de Suu Kyi, consiguió revalidar el poder con una abrumadora victoria. En tanto, se indicó que los soldados se desplegaron en las calles de la capital y de las principales ciudades mientras que las comunicaciones están cortadas y además fueron arrestados otros políticos y activistas.
Tras conocerse las detenciones, el Gobierno de los Estados Unidos expresó estar "alarmado" por los acontecimientos en Birmania y pidió a los militares que liberen a los políticos detenidos y se adhieran a los principios democráticos.
Por su lado, Japón hizo un llamamiento para que resuelva pacíficamente los conflictos internos en el país tras el golpe de Estado militar e India defendió "la transición democrática" iniciada en el país en 2011 tras casi medio siglo de dictadura del Ejército.
El secretario general de la ONU, António Guterres, condenó "firmemente" la detención de San Suu Kyi, pidió su liberación e instó a los líderes militares a "respetar la voluntad del pueblo de Myanmar" y "resolver las diferencias a través del diálogo".