“No es de nuestro interés vivir en un mundo fracturado”, sostuvo durante su intervención el ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Mauro Vieira, durante la apertura del encuentro con sus pares del G20. En tanto presidente de la alianza multilateral con las potencias económicas del mundo –que cuenta con la presencia de la Unión Africana y la Unión Europea-, Brasil solicitó al resto de los representantes abordar la reforma de los organismos internacionales como las Naciones Unidas, los bancos de financiamiento y el Consejo de Seguridad. El encuentro, que se realiza en Río de Janeiro, tendrá su segunda y última jornada este jueves.
Hasta el encuentro, que se lleva adelante bajo el lema “Construyendo un mundo justo y un planeta sostenible”, llegó también la canciller argentina, Diana Mondino, quien ya lleva adelante una amplia agenda de reuniones bilaterales, con sus pares de Brasil, Singapur, de la Unión Europea y del Reino Unido.
La intención del país vecino es llevar adelante un G20 inclusivo, con la participación de la sociedad civil y la realización de un G20 Social, anclado en la construcción de consensos y orientado a la obtención de resultados y soluciones concretas que beneficien a todas las personas, según el comunicado difundido.
Vieira tomó el mandato realizado por el presidente sudamericano, Luiz Inácio Lula da Silva, para la apertura del encuentro de cancilleres del G20 y lo transmitió a sus colegas. El país brasileño tiene en foco tres prioridades: el combate al hambre, la pobreza y la desigualdad; el desarrollo sustentable en su dimensión económica, social y ambiental; y la reforma de la gobernanza global. En ese sentido, pidió hacer énfasis en el último ítem e informó que la agenda tendría ese punto de debate, sobre el que se profundizará este jueves; y también remarcó el lugar que el G20 puede desempeñar “para la reducción de las tensiones internacionales como en el avance de la agenda de desarrollo sustentable”, sobre el que discutirán en la jornada de este miércoles.
Más allá de lo dispuesto, Vieira se ocupó de relacionar los distintos puntos de interés: “Las instituciones multilaterales no están debidamente equipadas para lidiar con los desafíos actuales, como se ha demostrado en la inaceptable parálisis del Consejo de Seguridad en relación a los conflictos en curso. Ese estado de inacción implica directamente pérdida de vidas inocentes”, manifestó.
La idea de Brasil, además de la modificación y el poder de veto que tienen los países permanentes dentro del Consejo de Seguridad, es modificar el funcionamiento del Banco Mundial, la Organización Mundial del Comercio y el Fondo Monetario Internacional y de las Naciones Unidas en sí mismas para que tengan más incidencia.
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Tras rechazar la resolución de conflictos por la vía militar y “la búsqueda de hegemonías, antiguas y nuevas”, señaló: “No es de nuestro interés vivir en un mundo fracturado”. En ese camino, resaltó la “paz” y la “cooperación” como herramientas fundamentales para “enfrentar las amenazas existenciales que enfrentamos, en particular, el combate a la pobreza y la desigualdad y la protección del ambiente”, dijo.
Para dar cuenta de las inequidades que existen en el mundo en el destino de recursos, el ministro de relaciones exteriores brasileño dio números sobre el financiamiento a los programas de la Asistencia Oficial al Desarrollo, que representan un 3% de los gatos militares en el mundo. Mientras que los desembolsos para combatir el cambio climático son menos del 5%. “Si la desigualdad y el cambio climático de hecho constituyen amenazas existenciales, no consigo evitar la sensación de que nos faltan acciones concretas sobre estas cuestiones”, insistió.
En esa línea, sostuvo que “es de fundamental importancia contar con un sistema multilateral moderno, eficaz y eficiente, guiado por normas y principios rigurosamente seguidos por todos los países, con las Naciones Unidas en el centro”.
“No podemos ignorar el hecho de que la gobernanza global necesita una profunda revisión. Nuestras diferencias deben resolverse con el apoyo del multilateralismo y de las Naciones Unidas, utilizando como métodos el diálogo y la cooperación, y nunca mediante conflictos armados, cuestiones que se debatirán con mayor profundidad mañana, en la sesión dedicada a la reforma de la gobernanza global”, remarcó Viera.
En ese sentido, alentó a los países a llevar a cabo un diálogo en el que reiteren los compromisos asumidos en el marco de la Carta de las Naciones Unidas y “rechazando públicamente el uso de la fuerza, la intimidación, las sanciones unilaterales, el espionaje, la manipulación masiva de las redes sociales y cualquier otra medida incompatible con el espíritu y las normas del multilateralismo como medio para abordar las relaciones internacionales”.
“Hablamos de estos temas desde la experiencia y nuestras propias vivencias, no desde el idealismo. Brasil está dispuesto a aportar ideas y propuestas concretas en este sentido”, precisó antes de pasar la voz al resto de las y los presentes representantes de los países. Además de las y los cancilleres del G20, Brasil invitó a Angola, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, España, Nigeria, Noruega y Portugal; junto con Bolivia, Paraguay y Uruguay.