Un grupo de jóvenes se enfrentaron con la Policía de Francia hasta la madrugada del domingo y un auto en llamas fue estrellado contra la casa del alcalde de L’haÿ-les-roses, Vincent Jeanbrun, en una quinta noche de disturbios por la muerte de un adolescente a manos de un policía, aunque el Gobierno dijo que el nivel general de violencia pareció disminuir respecto de días previos.
Al menos 719 personas fueron detenidas el sábado por la noche en Francia en medio de gran despliegue de seguridad para sofocar la peor ola de agitación social en años, otro desafío a la autoridad del presidente Emmanuel Macron y que volvió a reflejar un hondo descontento en barrios pobres afectados por la discriminación y la falta de oportunidades.
Uno de los incidentes más graves ocurrió en una pequeña localidad en los suburbios de París, L'Hay les Roses, donde un coche en llamas se estrelló de madrugada contra la casa del alcalde y provocó un incendio. La esposa y uno de los dos hijos pequeños del alcalde resultaron levemente heridos, mientras que él, Vincent Jeanbrun, que estaba en la municipalidad para coordinar la respuesta a los disturbios, denunció un "intento de asesinato".
Según la Fiscalía de París, que es la fiscalía general de Francia, los primeros indicios apuntaban a que "el vehículo fue lanzado con la intención de quemar la casa". La primera ministra francesa, Élisabeth Borne, calificó el ataque de "intolerable".
En respuesta y señal de solidaridad, la Asociación de Alcaldes de Francia (AMF) convocó este domingo una protesta para el lunes frente a las municipalidades de todo el país, dijo el alcalde de la ciudad de Cannes, en el sureste de Francia. El alcalde, David Lisnard, expresó al canal de televisión TF1 que la asociación invitaba a la ciudadanía a sumarse a la protesta.
El Ministerio del Interior informó que la mayoría de las 719 detenciones realizadas el sábado por la noche en todo el país fueron por tenencia de objetos que eran susceptibles de ser utilizados como armas o proyectiles. En la madrugada del sábado la cifra había sido de 1.300 detenidos, la más alta desde el martes. "Noche más tranquila gracias a la acción decidida de las fuerzas del orden", dijo el ministro del Interior, Gérald Darmanin, en Twitter. Pese a ello, unos 45 policías y gendarmes resultaron heridos, 577 vehículos y 74 edificios fueron incendiados y se registraron 871 incendios en vías públicas, dijo el Ministerio del Interior en su parte diario, informó la agencia de noticias AFP.
Por segunda noche consecutiva, el ministro movilizó 45.000 policías y gendarmes, incluidos 7.000 en París y en los suburbios de la capital, con refuerzos importantes en la sureña Marsella y en Lyon, en el centro este, las principales ciudades afectadas el día anterior por los enfrentamientos, las destrucciones y los saqueos.
La ola de violencia se desató por la muerte de un joven, Nahel, por un disparo a quemarropa de un policía durante un control de tráfico el martes pasado en Nanterre, cerca de París. El episodio quedó grabado en un video. El presidente Macron, que el sábado aplazó una visita de Estado a Alemania, vive su segunda gran crisis en pocos meses tras las manifestaciones contra la reforma para elevar la edad jubilatoria que impuso por decreto, sin pasaje parlamentario, aunque con el aval de la Justicia constitucional. El presidente anunció una reunión sobre la situación este domingo por la noche con su primera ministra, el ministro del Interior y el de Justicia.
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La violencia en Francia, que será sede este año del Mundial de Rugby y en 2024 de los Juegos Olímpicos, preocupa en el extranjero. Varios países europeos, incluido el Reino Unido, aconsejaron a sus ciudadanos no viajar a las zonas afectadas por la violencia. El consulado de China en Marsella pidió a los ciudadanos que estén "atentos y tengan precaución" después de que medios estatales informaran que lanzaron piedras contra un colectivo que transportaba a turistas chinos en esa ciudad.
La violencia y la ira de los jóvenes de los barrios populares recuerdan los disturbios que sacudieron a Francia en 2005, después de la muerte de dos adolescentes perseguidos por la policía. En París, la policía desplegó un importante dispositivo en la avenida de los Campos Elíseos, donde los escaparates estaban protegidos con tablones de madera y se veían grupos de jóvenes bajo la atenta mirada de los agentes.
En un intento por frenar la espiral de violencia, muchos municipios franceses, en particular en la región de París, impusieron un toque de queda y prohibieron la circulación de colectivos y tranvías a partir de las 21. Nahel, el adolescente de 17 años que murió el martes por el disparo de un policía, fue enterrado el sábado en Nanterre, cerca de París, en presencia de su madre, su abuela y varios cientos de personas durante una ceremonia "muy tranquila", informó AFP. El policía que le disparó, de 38 años, está detenido desde el martes, acusado de homicidio voluntario.
Con información de Télam