La inflación, Rusia y la UE, los temas más calientes entre Macron y Le Pen

A cuatro días de la segunda vuelta presidencial, se enfrentaron en un intenso debate, en el que la economía se coló en casi todos los bloques. La candidata de extrema derecha impuso su agenda sobre el poder adquisitivo y obligó al mandatario a defender su gestión. Macron, sin embargo, terminó poniéndola contra las cuerdas por su relación con Moscú y la UE y varias de sus propuestas.

20 de abril, 2022 | 19.32

En la recta final de la campaña, el presidente Emmanuel Macron y su rival electoral Marine Le Pen se sentaron cara a cara y, mirándose a los ojos, debatieron de manera tensa e intensa durante más de dos horas. A cuatro días del balotaje, el tema que sobrevoló todas las preguntas y que impregnó todas las respuestas fue la economía, algo no siempre común en la política francesa, obsesionada con discusiones sobre la identidad nacional, por ejemplo. La candidata de extrema derecha logró centrar la discusión en las dificultades económicas y sociales que el mandatario no logró solucionar o empeoró en sus cinco años de gobierno, pero el ex banquero se mostró más sólido y preparado no solo para defender su gestión, sino especialmente para desnudar las contradicciones y los puntos débiles de contrincante: Rusia, la Unión Europea, cambio climático y su programa económico

El primer tema del debate televisado benefició a Le Pen, quien obtuvo apenas 4,7 puntos por centuales y 1,6 millones de votos menos que Macron en la primera vuelta el 10 de abril: poder adquisitivo, salario mínimo y empleo. Una y otra vez, la líder de ultraderecha lo invitó al mandatario-candidato a conocer "la vida real". "Me presento como la vocera de los franceses. En la campaña no hice más que ver a franceses hablando de cómo perdieron el poder adquisitivo", aseguró la candidata y su muletilla de la noche fue: "Quiero devolverle la plata a los franceses". 

Le Pen propuso "precios regulados como antes" para la energía para ser "menos sensibles a los vaivanes geopolíticos", en referencia a la actual guerra en Ucrania y las sanciones contra Rusia. Macron la cruzó rápidamente y aseguró que su propuesta es salir del mercado europeo energético "y eso es un error". Además, defendió su política de "bucle energético", que posterga el aumento en la factura, y un "cheque energético" para otorgar una ayuda directa a los hogares más necesitados.

La candidata también prometió la "eliminación del TVA (un impuesto similar al IVA) de 100 productos alimentarios básicos en el caso de que la inflación sea mayor que el crecimiento". Macron la cruzó de la misma manera y la acusó de impulsar una medida "injusta" y "poco efectiva", y le recordó que como diputada votó en contra del "bloqueo de precios", que impulsó el gobierno para frenar el alza de los úlitmos meses. "La reducción va a ir más al distribuidor que al consumidor", afirmó y agregó: "Además, es injusto nos va a beneficiar a personas como nosotros que no lo necesitabamos. Por eso, es mejor una ayuda directa, un cheque". Ante estas afirmaciones, la dirigente respondió con uno tema sensible para la gestión del mandatario: "Los cheques son inflacionistas, en cambio la supresión de la TVA reducen la inflación".

La UE

Con el mismo tono avasallador, Macron cuestionó el giro público que Le Pen dio sobre la Unión Europea (UE). La primera vez que se presentó como candidata presidencial, la dirigente proponía salir del bloque, sin vueltas. Ahora, en cambio, propone reformarla. 

"No hay un pueblo europeo ni una soberania europea. Europa no es tomar todo o nada. Yo quiero quedarme en la UE pero reformarla para que sea una unión de naciones europeas. Estoy en desacuerdo con la multiplicación de los tratados de libre comercio (TLC), estoy en contra la política de trabajadores 'separados' (détachés) que trabajan en Francia pero no pagan las cargas acá. ¿Por qué Francia no logra defender sus intereses? Quiero que la Comisión Europea (una suerte de poder ejecutivo del bloque) haga respetar los intereses nacionales. No quiero salir, si quisiera hacerlo lo diría", afirmó Le Pen.

La respuesta de Macron fue contundente. "Lo que propone es irse a poco. Su proyecto representa salir de la UE", sostuvo y su rival le contestó: "Quiero estar dentro de una unión de naciones europeas". "Pero estamos dentro de la UE -reaccionó el mandatario- y entonces quiere quedarse dentro y salir de la UE". "Quiero reformarla", concluyó la ultraderechista.

El mandatario respondió también especialmente sobre la crítica a los TLC firmados por la UE y la mención de su rival de la llegada de "pollos brasileños". "Aprovecho para aclararlo: Francia se opone al acuerdo con el Mercosur. Estamos en desacuerdo con la deforestación y la producción sustentable. Hay que producir más y proteger más", sentenció.

Rusia 

El tono de Macron se volvió aún más duro y Le Pen asumió una posición aún más defensiva cuando se discutió la relación con Rusia en el marco de la invasión a Ucrania. La candidata propone una posición equidistante entre Estados Unidos y Rusia. De inmediato, el mandatario le recordó a su rival que "fue una de las líderes europeas que reconoció la anexión rusa de Crimea en 2014" y que al año siguiente su partido "contrajo un crédito con un banco ruso". "No le habla a sus electores cuando habla de la guerra, le habla a sus banqueros", aseguró. 

Le Pen rechazó la acusación, se declaró "completamente libre" y denunció un veto del sistema financiero francés: "Si tuve que tomar un préstamo en un banco extranjero es porque ningun banco francés me lo daba". Sobre la guerra, en tanto, afirmó su "solidaridad absoluta con el pueblo ucraniano" y apoyó "los esfuerzos que hizo en nombre de Francia"  el gobierno de Macron, con dos excepciones: pidió mantener una clara frontera entre el envío de ayuda militar y participar militarmente en la guerra, y sumarse al embargo sobre las exportaciones de energía rusa, como propone la Comisión Europea. "No podemos hacernos un harakiri con la esperanza de dañar la economia rusa. Además, gobernar es prever las amenazas de mañana. No es una buena idea que Rusia y China se conviertan en aliados cercanos".

Jubilaciones 

Uno de los puntos del programa de Macron más cuestionados por la izquierda, la fuerza que se convirtió en el arbitro de la segunda vuelta el domingo 10 de abril, es su propuesta de reforma de jubilaciones. El mandatario quiere elevar la edad jubilatoria a 65 años y ahora, en un intento por conquistar a los votantes que rechazan tanto a la extrema derecha como a cinco años más de liberalismo económico, moderó un poco su iniciativa, aunque solo un poco. "Lo que yo propongo es un aumento de la edad jubilatoria de cuatro meses por año hasta alcanzar los 65 años en 2031", explicó.

Atenta a la vulnerabilidad del mandatario en este tema, Le Pen fue especialmente tajante: "La jubilación a los 65 años es una injusticia injustificable. La mayoría de los que se verán afectados ya están en la inactividad a los 62 años y medio. Además, creo que no está para nada justificado en el plano presupuestario". Y en ese punto Macron logró recuperar el espacio perdido, la falta de solidez de la dirigente de extrema derecha para defender la financiación de sus propuestas. 

"Su proyecto propone la misma jubilación para el que nunca trabajó y el que trabajó toda su vida. Y yo no quiero un proyecto que vuelva frágil nuestro sistema solidario. Dije que no iba a aumentar los impuestos y cumplí. Ahora quiero mejorar las jubilaciones. Entonces, no hay otra manera de financiarlo, sino trabajar más. O sube los impuestos o pone en peligro las jubilaciones, no hay otra opción", sentenció el mandatario y Le Pen no le respondió. 

Cambio climático

La cuestión ambiental se volvió central en su estrategia electoral para ganar al menos a parte del 21% de los votantes que en la primera vuelta eligieron al histórico líder de la izquierda, Jean-Luc Mélenchon. Es un tema central para este sector, en el que además el mandatario se siente más cómodo comprometiendo que en económico, donde las diferencias a veces son abismales. "Quiero un primer ministro que esté a cargo de la planificación ecologista y de la transición", prometió el mandatario, al mismo tiempo que la prensa local relata los esfuerzos de Mélenchon por unir fuerzas con todo el arco de izquierda y ecologista para alcanzar la mayoría del Asamblea Nacional en las próximas legislativas y poder convertirse en jefe de gobierno. 

Le Pen también sabe que este se convirtió en un tema clave entre la mayoría de los votantes que deben definirse para el próximo domingo. Por eso, intentó hacer un equilibrio incómodo entre su crítica al modelo neoliberal y cuestionamientos menores que no se acercan al corazón del problema del cambio climático, un fenómeno que muchos en su fuerza aún ponen en duda públicamente. 

"Ante todo, quiero destacar la hipocrecia de no reconocer que es el modelo económico el responsable de la emisión de gases. El modelo de libre comercio mata al mundo. El Estado debe asumir su rol y, a partir de un patriotismo económico, es esencial poder comprar francés. El modelo de libre comercio le hace mal a los animales porque las condiciones de transporte de los animales son crueles, es un modelo insensible, que crea desempleo en nuestro país y desespera a nuestros productores. Antes de hablar de energía, que es un tema fundamental, hay que cuestionar el modelo económico", aseguró la candidata y le dio el pie a su rival para volver a cuestionar el detalle de sus propuestas.

"Su programa no tiene pies ni cabeza. Está en contra del modelo de libre comercio, denuncia el deficit comercial externo y quiere subvencionar a la energía, que es la fuente principal de nuestra dependencia", sentenció el mandatario y la acusó de no creer en el cambio climático.

Seguridad

En este bloque, ya hacia el final, Le Pen recuperó su confianza. Al hablar de la seguridad, la inmigración y "los valores de la República" habló con contundencia, enojada y sin trastabillar. Aunque en la campaña de la primera vuelta su campaña se centró en el poder adquisitivo y las desigualdades económicas, es en este ámbito que la candidata de extrema derecha sigue sintiendo más cómoda. 

Le Pen habló de "barbarie" para referirse a la inseguridad, de una "inmigración anárquica y masiva que la alimenta", pidió "rearmar a la Policía, rearmarlos moralmente porque sufren con los cuestionamientos" y "endurecer las penas" contra los delicuentes. Además, se refirió a su propuesta de prohibir el velo islámico y en la misma frase se declaró preocupada por "el crecimiento del terrorismo islamista" y pidió "cerrar 570 mezquitas radicales", una cifra que ninguna institución oficial ratifica.

Ante la renovada efervescencia de Le Pen, Macron adoptó un tono más calmo y se ubicó en el lugar de moderación que millones de votantes que ante todo rechazan a la extrema derecha esperan de él: "Se lo digo de verdad: usted quiere crear una guerra civil. Lo que dice es muy grave. Crea un sistema de equivalencias que confunde y mezcla todo. El velo es un tema religioso. Nuestra constitución dice que la laicidad es un principio de libertad. Lo que usted propone es que seamos el primer país en prohibir los signos religiosos en el espacio público. Eso es una traición a los valores franceses."

Al finalizar el debate, ambos candidatos tuvieron un tiempo de carta blanca para emitir su mensaje sin interrupciones. 

Le Pen eligió apelar al "sentido común": "El sentido común de ayudar a los más vulnerables de nuestros compatriotas en vez de los que tuvieron la suerte de pagar el Impuesto de Solidaridad a la Fortuna. El sentido común de poner regulaciones a una globalización en la que el pueblo ve claramente que la brutalidad y la ceguera desestabilizan a la economía francesa. Macron, en cambio, pidió convertir a la elección en un referéndum sobre la UE, la ecología y los principios de laicidad y fraternidad