Trabajadores de Disneyland París comenzaron esta semana una huelga en reclamo de un incremento salarial y mejores condiciones laborales en el parque de atracciones. La medida de fuerza de los empleados recibió el apoyo de la Confederación General del Trabajo (CGT) de Francia.
El último martes, más de 500 trabajadores dieron inicio a la huelga con el objetivo de que les incrementen 200 euros sus salarios para hacer frente a la inflación. En parte por el aumento de los consumos energéticos a causa de la guerra entre Rusia y Ucrania, en 2022 Francia registró más de un 5% de inflación acumulada.
La Confederación Francesa Democrática del Trabajo exigió a la dirección del parque que abra las negociaciones. Los trabajadores, además, piden "mejores condiciones de trabajo" y que los domingos se les pague el doble, informaron medios locales.
Ante la falta de respuestas de los empleadores, las medidas de fuerza siguieron durante la semana. Dentro del parque y ante los ojos de los visitantes, los trabajadores pasaron parte de los últimos días marchando con sus chalecos amarillos.
En este contexto de lucha, se dio una situación inédita en Disneyland París: trabajadores tomaron el clásico castillo de Disney, inspirado en el de la princesa Blancanieves. La imagen de las banderas en los balcones del castillo dieron la vuelta al mundo a través de las redes sociales, donde los videos acumulan millones de reproducciones.
La huelga influyó directamente en la actividad del parque, ya que los desfiles de personajes de Disney fueron reemplazados por los de trabajadores de chaleco amarillo. Ahmed Masrour, dirigente de la Unión Nacional de Sindicatos Autónomos (UNAS), expresó al diario francés La Marne que "lo que ocurrió fue histórico".
La medida de fuerza no es casual: en Disneyland, ya se habían atravesado situaciones similares anteriormente en mayo, primero el 10 y luego el 23. El 26 del mismo mes, las autoridades se reunieron con representantes, pero no llegaron a un acuerdo.
MÁS INFO
Las protestas se dan en el marco de los festejos, que no están siendo tales, por el trigésimo aniversario de la inauguración del parque de atracciones. Después de cinco días, el clima entre los empleados y la administración se caldeó y el sábado último, incluso, tuvieron que entrar a los empujones al predio porque la seguridad no los querían dejar ingresar.