El Nuevo Frente Popular (NFP), la alianza de izquierda que ganó la mayor cantidad de bancas en las últimas elecciones de Francia, sufrió un primer revés: el macronismo se unió con los conservadores para reelegir a Yaël Braun-Pivet como presidenta de la Asamblea Nacional. La decisión se tomó tras una tercera votación con el apoyo de 220 de 577 diputados y significa un freno a la posibilidad de que la izquierda llegue a formar gobierno, luego de que el partido oficialista se uniera con NFP para evitar que la ultraderecha llegue al poder.
Para fines de junio, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, tomó la drástica decisión de cerrar el Congreso y llamar a elecciones. El primer resultado fue un golpe: la extrema derecha de Reagrupación Nacional liderada por Marine Le Pen se impuso con fuerza. Para el segundo tiempo, se puso el funcionamiento del cordón sanitario: el NFP y el partido Ensemble, de Macrón, bajaron candidaturas para evitar la alternativa ultraderechista llegase al poder. Hasta ahí, parece ser, que llegó la estrategia.
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La Asamblea -con mayoría de bancas de NFP- quedó dividida en tres grandes grupos y debía elegir a sus autoridades, luego que Macron aceptara la renuncia de su primer ministro, Gabriel Attal. En ese contexto, Braun-Pivet obtuvo el apoyo de Ensemble, del partido centrista MoDem, de la formación de centro derecha Horizontes -de Édouard Philippe- y de Los Republicanos, cuyos votos fueron fundamentales para cosechar el número final, señaló El Diario.
En ese sentido, este pareciera haber sido el primer paso para lo que podría ser un pacto legislativo para una posible alianza con Macron y la formación de un nuevo gobierno -en minoría- que agrupe conservadores y centristas.
El aislamiento de la izquierda NFP
“Somos el principal bloque político del país. Lo vimos en la primera y segunda ronda, y en la tercera ronda si no hubiera sido por los esquemas macronistas. Exigimos que Emmanuel Macron regrese a la democracia y nombre un primer ministro del NFP. Los franceses han expresado la necesidad de un descanso. El NFP ganó las elecciones, debe gobernar este país”, dijo ni bien terminó la votación la diputada por el bloque de Francia Insumisa, que forma parte del NFP de Jean-Luc Mélenchon junto con los comunistas, los ecologistas y el Partido Socialista.
El candidato de la alianza de izquierda, en tanto, llegó a obtener 207 votos y encabezó la primera y la segunda ronda de votaciones, hasta que llegó la alianza de los macronistas con los sectores más conservadores del país. Para esta instancia habían elegido como candidato a presidir la Asamblea al comunista André Chassaigne.
Chassaigne es el presidente del Grupo de la Izquierda, Democrática y Republicana (GDR), que agrupa a representantes progresistas de los territorios franceses de ultramar, además de los comunistas. Es una figura muy conocida en la Asamblea Nacional, donde ejerce desde hace 22 años y se esperaba que su figura y su experiencia le permitiesen captar votos más allá de sus propias filas.
Al cierre de la votación, Chassaigne denunció que “el voto de los franceses fue robado por una alianza contra natura”.