La Fiscalía de la ciudad francesa de Nanterre concluyó hoy que no se cumplieron las condiciones legales para el uso del arma en el caso de "gatillo fácil" que terminó con la muerte de un joven de 17 años, por lo que el agente que realizó el disparo debe seguir en prisión provisional.
Así lo informó el fiscal Pascal Prache en declaraciones a la prensa tras la segunda noche de disturbios que, a diferencia de la noche anterior donde solo se vivieron escenas de violencia en el suburbio parisino de Nanterre (a 15 kilómetros de la capital francesa), se extendieron a las ciudades de Lyon (centro), Toulouse (suroeste) y Lille (noreste) entre otras.
Solo anoche, unas 150 personas fueron detenidas y decenas resultaron heridas, informó el ministro del Interior, Gérald Darmanin, quien expresó su apoyo a la policía tras denunciar "una noche de violencia insoportable contra símbolos" del país, como escuelas, comisarías y edificios gubernamentales, según la agencia de noticias Europa Press.
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"Apoyo a los policías, gendarmes y bomberos que dan la cara con valentía. Vergüenza para los que no llamaron a la calma", indicó Darmanin, quien siguió la situación durante toda la noche desde su oficina.
Los disturbios se desencadenaron luego de que Nahel, un repartidor de 17 años, fuera baleado por el policía luego de resistirse a un control policial.
El agente explicó ante las autoridades que quería "evitar una nueva fuga del vehículo" y aseguró que si desenfundó el arma y le apuntó directamente fue para evitar que volviese a arrancar, aunque el joven igual lo hizo.
Fue en ese momento cuando se efectuó el disparo, que según el fiscal atravesó un brazo y el tórax de Nahel, que finalmente terminó estrellándose.
El Gobierno cuestionó la actuación del agente, captada también por un testigo que filmó la escena, cuyo contenido ya está en poder de la Fiscalía y que, a su juicio, acreditan que pudo cometerse un exceso.
El presidente, Emmanuel Macron, condenó en un mensaje de Twitter la "violencia contra comisarías, escuelas y sedes gubernamentales", las cuales consideró "injustificables" y agradeció a los "policías, gendarmes, bomberos y funcionarios electos movilizados".
Además, expresó su deseo de que "las próximas horas" sean de "contemplación" y "respeto" y convocó una reunión interministerial para hoy con el objetivo de examinar los últimos acontecimientos.
La primera ministra francesa, Elisabeth Borne, hizo ayer un llamado a mantener la calma y aseguró que "se hará justicia", ya que la intervención policial "no se ajustaba a las normas de actuación".
Más temprano, Macron había mencionado un acto "inexplicable" e "inexcusable".
Tras estas declaraciones, el fundador de La Francia Insumisa (LFI), Jean-Luc Mélenchon, pidió justicia y criticó a las palabras del Gobierno: "Los perros guardianes nos ordenan llamar a la calma. Pedimos justicia, retirar la acción legal contra el pobre Nahel y suspender al policía asesino y a su cómplice que le ordenó disparar".
La nueva noche de disturbios se produjo horas antes de una marcha en homenaje a Nahel convocada por su madre ante la prefectura de Nanterre, cerca de donde perdió la vida. "Es una revuelta por mi hijo", afirmó ayer la mujer.
El agente de 38 años que disparó está siendo investigado por homicidio voluntario por parte de un funcionario público.
El Ministerio público también abrió una investigación contra la víctima por su presunto rechazo a obedecer las órdenes de los agentes y por intento de homicidio voluntario contra un funcionario.
Con información de Télam