Un comandante disidente de las FARC asumió la responsabilidad de un ataque con un carro bomba contra una brigada del ejército de Colombia en la ciudad de Cúcuta, en la frontera con Venezuela, cometido a mediados de junio, y del posterior atentado a bala contra un helicóptero que transportaba al presidente Iván Duque.
La explosión de un carro bomba en las instalaciones de la brigada 30 del Ejército, dejó 44 personas heridas, incluidos dos militares estadounidenses que hacían parte de un grupo que entrenaba a efectivos del ejército colombiano.
Días después, un helicóptero que transportaba a Duque y a otros funcionarios del Gobierno fue atacado con ráfagas de fusil desde tierra antes de aterrizar en el aeropuerto de Cúcuta, la capital del departamento de Norte de Santander.
En julio, diez personas fueron capturadas en esa región acusadas de participar en los ataques y el fiscal general, Francisco Barbosa, aseguró que pertenecían a las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que rechazaron un acuerdo de paz de 2016.
El ataque explosivo contra la unidad militar tenía como objetivo "los asesores norteamericanos y la cúpula de la brigada", dijo en una reciente entrevista en las selvas del Catatumbo Javier Alonso Veloza, alias "John Mechas", comandante de las disidencias de las FARC en Norte de Santander.
"Fue muy oportuno lograr por nuestros propios medios darles un golpe contundente. Claro que nosotros fuimos", agregó Veloza por quien las autoridades militares ofrecen una recompensa de 156.000 dólares.
Vistiendo traje verde oliva con boina negra y rodeado por varios guerrilleros fuertemente armados en medio de una espesa selva, el líder de las disidencias de las FARC reiteró su rechazo a la presencia de asesores de Estados Unidos en Colombia y aseguró que sus enemigos son la "oligarquía" y no los soldados del Ejército.
Unos 13.000 miembros de las FARC se desmovilizaron bajo el acuerdo de paz, que puso fin a la participación del grupo en más de 50 años de un conflicto armado que ha dejado 260.000 muertos y millones de desplazados.
Los antiguos integrantes del grupo rebelde conformaron el partido político Comunes y participan en procesos de justicia transicional, en medio de los que en repetidas ocasiones han pedido perdón por asesinatos, secuestros y otros delitos.
Las Fuerzas Militares estiman que unos 2.500 combatientes integran las disidencias de las FARC en todo el país y que están dedicados principalmente a actividades de narcotráfico.
Ni el Ministerio de Defensa de Colombia ni los funcionarios encargados de implementar el acuerdo de paz respondieron de inmediato a las solicitudes de comentarios.
Con información de Reuters