En América Latina, el 36,6 por ciento de los habitantes sufrieron hambre entre 2019 y 2021, según indicó el último informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés). De ese casi 37 por ciento, el 21 está bajo la franja de inseguridad alimentaria severa y el 6,8 por ciento sufren de malnutrición. Es decir, la FAO reveló que de los 157,7 millones personas tienen inseguridad alimentaria en Sudamérica, hay 52,3 millones de habitantes en situación "severa" y 29,3 millones sufren de "malnutrición".
Perú, Argentina y Ecuador son los países con mayores tasas de inseguridad alimentaria, alcanzando el 50,5% (16,6 millones de personas), 37% (16,7 millones) y 36,8 % (6,5 millones), respectivamente. Los sigue Brasil con el 25,3%, equivalente a 61,3 millones de habitantes con inseguridad, Paraguay (25,3%, 1,8 millones), Uruguay (23%, 0,8 millones) y Chile (17,4%, 3,3 millones).
"Los países de ingresos bajos, donde la agricultura resulta esencial para la economía, el empleo y los medios de vida rurales, disponen de escasos recursos públicos para su adaptación", señaló QU Dongyu, director General de la FAO.
Por otro lado, el país más afectado por la malnutrición es Ecuador, con el 15,4% de la población bajo esta franja, 2,7 millones de habitantes. Asimismo, la desnutrición afecta a 8,6 millones de brasileños, que representan el 4,1% de la población.
Inseguridad alimentaria en el mundo
En 2021, 828 millones de personas padecieron hambre en el mundo, 150 millones más desde la irrupción de la pandemia de la covid-19, en diciembre de 2019. En América Latina y el Caribe, 267 millones se encuentran en situación de inseguridad alimentaria, según un la FAO.
El organismo de las Naciones Unidas diferencia la inseguridad alimentaria moderada y severa - personas que no tienen asegurada su capacidad para obtener alimentos y quienes pasaron hambre - de la malnutrición, que define como el "estado fisiológico anormal debido a un consumo insuficiente, desequilibrado o excesivo de macronutrientes o micronutrientes".
El incremento del costo de una dieta saludable fue del 3,4% para Latinoamérica y el Caribe. El más alto en el mundo fue el de la región asiática, con un 4%. “El informe de este año debería disipar cualquier duda que quede de que el mundo está retrocediendo en sus esfuerzos por acabar con el hambre, la inseguridad alimentaria y la malnutrición en todas sus formas”, concluye la FAO en el documento, al referirse a uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.