La Fiscalía que investiga la toma del Capitolio del 6 de enero de 2021 en Washington, Estados Unidos, aseguró que el líder fundador del grupo ultraderechista Oath Keepers, Stewart Rhodes, no solo "llamó a la guerra" sino que además es el "arquitecto" de aquel intento de frenar el traspaso de poder al presidente Joe Biden, luego de que el exmandatario Donald Trump perdiera las elecciones.
Así planteó la Fiscalía esta posición en el juicio al que se enfrenta Rhodes por delitos de sedición, que se lleva a cabo desde hace siete semanas. Hay otras cuatro personas de la milicia que también son acusadas. Se trata del primer juicio en más de una década contra un grupo extremista de Estados Unidos por delitos de esta índole.
"El 6 de enero, nuestra democracia estaba bajo ataque", subrayó durante su alegato final la fiscal federal adjunta Kathryn Rakoczy, quien expuso que tanto Rhodes como sus seguidores se creían ungidos para defender que hubo fraude en aquellas elecciones en las que Donald Trump salió derrotado.
Una semana atrás, el expresidente republicano rechazó en una demanda su citación por el hecho que hizo tambalear la democracia estadounidense alegando que gozaba de "inmunidad absoluta". Rakoczy recordó cómo Rhodes afirmó que estaba preparado para "iniciar una rebelión el día que Biden asumió el cargo" y que, como él mismo "admitió ante el estrado, eso es lo que iba a hacer". En ese sentido, refirió cómo el acusado pretendió que Trump invocara la Ley de Insurrección para poder actuar.
Por su parte, la defensa alegó que la presencia de Rhodes en Washington respondía a su interés por actuar como "encargado de paz" si estallaban choques entre seguidores de Trump y grupos antifascistas. Si bien reconoce una "retórica terriblemente acalorada", afirmó que eso no es sinónimo de un acuerdo para derrocar al gobierno, reportó la agencia de noticias Europa Press.
Rhodes, quien ha testificado en su propia defensa, trató de distanciarse de los otros acusados, alegando que no estuvo involucrado en el almacenamiento de armas de fuego en un hotel de Virginia y llamó "estúpidos" a algunos de sus compañeros por ingresar en el Capitolio.
Los cargos
La sedición y conspiración son los cargos más importantes que se han presentado contra las aproximadamente 850 personas detenidas por su participación en los disturbios, que dejaron 5 muertos. La principal acusación que han presentado los fiscales es la de ingresar de manera ilegal en un lugar restringido, mientras que el resto son por agresión o resistencia a la autoridad.
Rhodes, de 57 años, estuvo al frente del grupo desde que lo fundó en 2009. Es un antiguo paracaidista del Ejército que actualmente se encuentra en prisión preventiva en Texas, después de un fallo judicial en el que se alertaba que cuenta con la capacidad para "financiar insurrecciones futuras".
El caso de Rhodes fue la primera acusación importante que recayó sobre un miembro de estas milicias presentes en las revueltas. Hasta ese momento, el resto de esos grupos de extrema derecha, como Proud Boys o Three Percenters, fueron acusados de conspirar para entorpecer un proceso legal, pero no de sedición, cargo que conlleva una fuerte carga política.
Durante semanas, la justicia mostró mensajes en redes sociales, correos electrónicos, videos y registros de llamadas para evidenciar la coordinación entre los acusados antes, durante y después del ataque. Las pruebas reflejan que algunos de ellos viajaron juntos hasta Washington y escondieron armas en un hotel de Virginia.
Con información de Télam