El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, saludó este viernes con un choque de puños al príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohamed bin Salman (conocido por las siglas MbS), a quien había prometido tratar de “paria” por el asesinato del periodista disidente de la Jamal Khashoggi. El encuentro se dio en el marco de la gira del mandatario estadounidense por Medio Oriente, en donde se aprestó a abordar el conflicto palestino-israelí, las tensiones por las aspiraciones nucleares de Irán y las negociaciones, justamente, con la monarquía para la producción de petróleo para bajar el precio del crudo en el contexto de la guerra en Ucrania.
Fue un medio estatal saudita el que mostró las imágenes del entre Biden y el líder saudita chocando los puños en un saludo, a la entrada del palacio real, previo a la reunión entre ambos. El avión presidencial estadounidense había aterrizado en la ciudad costera de Yeda (oeste), procedente de Israel, lo que convirtió a Biden en el primer líder estadounidense en viajar directamente desde el Estado hebreo a un país árabe que no lo reconoce oficialmente. Su predecesor, el republicano Donald Trump, hizo en 2017 este viaje, pero en sentido inverso, consignó la agencia de noticias AFP.
Justo antes Israel dijo que no tenía "ninguna objeción" a la transferencia de dos islotes estratégicos a Arabia Saudita. Luego, en una decisión histórica, esa monarquía del Golfo, anunció la apertura de su espacio aéreo a "todas las aerolíneas", incluyendo israelíes.
El encuentro entre Biden y Mohamed bin Salman
"Con respecto al asesinato de Khashoggi, lo planteé al principio de la reunión, dejando claro lo que pensaba de él en ese momento y lo que pienso ahora", dijo Biden a periodistas al concluir la reunión, según reseñó la agencia de noticias Reuters. "Fui franco y directo al hablar de ello. Dejé muy clara mi opinión. Dije sin rodeos que para un presidente estadounidense guardar silencio sobre una cuestión de derechos humanos es incoherente con lo que somos y con lo que yo soy", apuntó ante la expectativa de lo sucedido entre los líderes.
Los servicios de inteligencia de Estados Unidos afirman que el príncipe heredero aprobó directamente el asesinato de Khashoggi, periodista del Washington Post, a manos de agentes saudíes. "Básicamente dijo que no era responsable personalmente de ello", sostuvo Biden sobre la respuesta del príncipe heredero durante su reunión. "Le indiqué que creía que lo era", sumó.
Como candidato a la presidencia, Biden había dicho que el reino debía convertirse en un "paria" en la escena mundial por el asesinato. El viernes dijo que no se arrepentía de ese comentario. Los intereses energéticos y de seguridad lo llevaron a decidir no aislar al gigante petrolero del Golfo, que ha reforzado sus vínculos con Rusia y China.
Esa línea, se cumplió, según lo comentado ante la prensa por el mandatario estadounidense, y señaló que esperaba ver "más pasos" de Arabia Saudita, uno de los principales productores de petróleo, en materia de energía en las próximas semanas. "Creemos que cualquier otra medida que se adopte para garantizar que haya suficiente energía para proteger la salud de la economía mundial, se hará en el contexto de la OPEP+", dijo Jake Sullivan, asesor de Seguridad Nacional, antes de llegar al país. "Tenemos la esperanza de que veremos acciones adicionales por parte de la OPEP+ en las próximas semanas".
La agenda de Biden
El cronograma de encuentros en la región comenzó hace dos días con la llegada del mandatario norteamericano a Israel, en donde permaneció casi unas 48 horas, con el propósito de avanzar en la “integración” del país en Medio Oriente. Nuevas formas de cooperación con países del indopacífico, en ese sentido, fueron parte de la agenda de temas.
Tras su llegada, el mandatario estadounidense fue llevado a recorrer parte del nuevo sistema de defensa antimisiles "Iron Beam" de Israel y a visitar el Yad Vashem, un monumento a las víctimas del Holocausto.
Cisjordania también fue el centro de atención en la gira, por las tensiones que se dieron en los últimos tiempos tras el asesinato de la destacada periodista palestino-estadounidense Shireen Abu Akleh, cuando cubría una incursión del ejército israelí allí. En ese momento, Washington apoyó la hipótesis israelí de que no hay evidencia de que haya ocurrido intencionalmente.
A este conflicto se le agrega que, tras su llegada al poder, Biden no revirtió la decisión del expresidente Donald Trump de reconocer a Jerusalén como capital de Israel. Los palestinos reclaman Jerusalén este, anexada por Israel, como capital para el Estado que quieren establecer en Cisjordania y la Franja de Gaza. Israel capturó esos territorios en una guerra en 1967 y desde entonces los ha colonizado, rechazando las exigencias palestinas de evacuar los asentamientos y devolverle el control de los territorios.
Abbas abre la posibilidad a una solución al conflicto palestino israelí
Fue el presidente palestino, Mahmud Abbas, quien comunicó la posibilidad de la apertura de las negociaciones de paz -estancadas desde 2014- para poner fin al conflicto territorial. Biden estuvo allí y expresó su apoyo a una solución de dos estados "en las fronteras de 1967".
"Aprovecho esta oportunidad (...) para decir que extiendo mi mano a los líderes de Israel para lograr la paz", expresó Abbas desde la ciudad palestina de Belén, en los territorios ocupados de Cisjordania. "La oportunidad para una solución de dos estados en las fronteras de 1967 puede estar disponible hoy, pero no se sabe qué pasará en el futuro", alertó.
La continuidad de la actual situación "llevará a un aumento de las tensiones y a la pérdida de la esperanza por un futuro mejor". "Si Israel quiere cumplir sus obligaciones, no puede seguir actuando como un Estado por encima de la ley, por lo que debe poner fin a la ocupación", aseveró el líder de la Autoridad Nacional Palestina (ANP). Belén fue la segunda escala de la gira de Biden en Medio Oriente, luego de reunirse en Jerusalén con autoridades israelíes y antes de viajar a Arabia Saudita.
Con información de Télam