Tras sufrir varios reveses judiciales, el Gobierno del presidente estadounidense Joe Biden recurrió hoy a la Corte Suprema con la esperanza de poner fin a una política migratoria impulsada por el exmandatario Donald Trump, que obligaba a los solicitantes de asilo a esperar en México su cita ante los tribunales.
En su demanda, el Gobierno pidió al máximo tribunal revisar el fallo judicial emitido este mismo mes por una corte de apelaciones que le ordena mantener el denominado programa "Quédate en México", introducido por su predecesor republicano, según reportó la agencia de noticias AFP.
Tras su llegada a la Casa Blanca, Biden suspendió dicha política, pero un juez de un tribunal del sureño estado de Texas ordenó que se restablecieran "de buena fe".
El 6 de diciembre, Estados Unidos reactivó parcialmente el programa -en acuerdo con México- para cumplir dicha sentencia, mientras seguía adelante con un recurso interpuesto ante el tribunal de apelación, que finalmente dio la razón a la corte de distrito. Ahora el gobierno del líder demócrata insta a la Corte Suprema, de mayoría conservadora, a "otorgar certiorari", es decir, aceptar el caso, y "revertir" el fallo del tribunal de apelaciones.
Los tribunales inferiores ordenaron al Departamento de Seguridad Interior "que implemente y haga cumplir indefinidamente el programa Quédate en México, efímero y controvertido", a pesar de que el poder ejecutivo estima que "no es la mejor herramienta para disuadir la migración ilegal", señala el texto.
Dicha política "expone a los migrantes a riesgos inaceptables" y "desmerece los esfuerzos de relaciones exteriores del Ejecutivo para gestionar la migración regional", agrega. Al asumir, Biden prometió un planteamiento más humano que su predecesor en materia de inmigración, lo que dio nuevas esperanzas a muchos migrantes en su intento de cruzar al país.
Sin embargo, el veterano demócrata mantuvo la política de Trump de expulsar y deportar a México a todo aquel que representa "un riesgo alto de salud pública" durante la pandemia, a excepción de los menores no acompañados. Biden enfrenta una creciente presión política para abordar rápidamente el problema tanto de los republicanos como de sus propias filas, los demócratas. El flujo migratorio siempre fue constante en la frontera Sur de Estados Unidos y solo registró una leve baja al inicio de la pandemia de coronavirus en 2020. Las autoridades mexicanas han detectado a más de 190.000 migrantes entre enero y septiembre, tres veces más que en 2020.